s des
io. Revisaba los ultimo informes referentes a la manada. Se acercaba la temporada de c
do frente a él se encontraba Sena
era que no solía hablar mucho, su mirada decía prácticamente todo, y en este caso era que no osara presionarlo. Quería salir de allí. Sollozó ligeramente, su
paz de discutir con él a la misma par. Era una escena complicada de ver. Un pequeño cuerpo intentando imponerse ante uno que exudaba feromonas en toda la
ue cualquier loba guerrera de la manada, y la personalidad de ella ha
ó de ver el papel
spaldar de cojines, cruzando las piernas sobre la alfombra. Las ale
an algunos docu
rió y una pequeña cabellera alborotada de largos rizos marron
tuviera tan cerca cuando la cachorra humana estaba con él. Era posesivo, demasiado
taba todo enmarañado, su vestido claro lleno de tierra al igual que su rostro, sus
azo para mantenerla en su lugar mientras la otra la pasó
chero y le pell
lo he dicho. Eres muy
lgunos cachorros muy jóvenes que no habían interactuado tanto con él. Era alfa, no tenía tiempo par
él, ella supo que estaba interesado en su
obo como siempre lo ha
con usted
Lord se en
ta fue absoluta
special, con ella.
se lo tenía y la mayoría había llegado a la c
e mi edad van a ir. Yo puedo
os. Había momentos en que tenía que ser más duro con ella d
Luna, eres una
- ella sigui
La caza no es un juego, es una enseñanza- le explicó como siempre hacía c
os, pero la naturaleza lo había llevado a tener una mate de esa raza. Quizás porque la había recogido desde bebé y la había criado como una loba impregnándola de su
ace entre ellos y que en unos años más ella sería completamente de él y llevaría su marca en su cuello, así como su cachorro. Una vez que la marcara sería más fácil que ella no fuera tan rebelde, la contro
que pasaban mucho tiempo juntos, le gustaba estar junto al lobo y como olía. Había cosas en las que podía discutir con él, la mayoría de las veces
el pecho del lobo. Su cabello enmarañado cayó a
de rizos dorados que aun así se sentían suaves al tacto. Se ha
a su mate después de todo. Por muy frío y serio que fuera verla triste hacía que su pecho se apretara.
a con obstinación,
empo y energía, y Luna no era precisamente una niña tranquila. O más bien era él, si el
ía más pausada, se estaba quedando dormida, y con ella él. Descansar media hora no marcaría la diferenci