spués de llorar todo el día. A pesar de que varias lobas la habían querido consolar ella s
completo y le había gritado, eso nunca había sido así. De solo recordarlo le salían lágrimas. Ella sabía que no debía ser rebelde cuando Lord estaba molesto o
a- se preguntó con
os como malos y conociéndolo era seguro que estuviera así por bastaste tiempo. Y si había una cosa que Luna había aprendido era que d
eso
el cielo se había vuelto rojo oscuro y tronaba con fuerza, pero no era eso lo que más la asustaba aun cuando los truenos la paralizaban, eran l
dos. Un fuerte olor metálico llegaba a ella y no podía id
ndo?- preguntó asust
miró por encima del hombro con miedo
- le gritó y la obligó a correr
r era un caos total. Incluso creyó ver cuerpos en el suelo manchados de ¿sangre? No, no es
s cachorros en sus bocas. Luna no era estúpida. NO había presenciado algo así antes pero definitivamente podía entender que algo estaba
s piernas y manos se hirieran, pero por sobre el dolor lo que más la aterró fue que cuando alzó su cabeza y e
s y soltó su mano arr
taba ocu
os estaban
sollozaba p
ngre. Sus ojos llenos de lágrimas se abrieron mucho más grande. Estaba en pánico tota
llamó a Lord e
llo hacia arriba. Luna soltó un grito y pataleó intent
desaparezca
o desgarrador, todo alrededor de Luna se volvió negro. Solo lamentaba no
*
de cazadores que se habían acercado a sus terrenos era anormal y venían bien equipados. Normalmente las dos razas se habían mantenido
y erizaba cada pelo de él. Su instinto le decía que debía volver en cada momento, pero dejar
caos que había. Lord no lo había pensado dos veces antes de volv
a. No había recibido anuncio de los otros lobos que custodiaban los límites de sus terrenos. A menos que hubieran sido traicionados y dejado una brecha libre para e
pelea era brutal. Pelea a la que él se integró junto con los demás. Desgarrar el
resencia fue motivación para los demás integrantes. Senas, su beta que había estado a su lado cuidando su espalda hab
o. Senas sostuvo su cuerpo con el suyo para que n
rieron- agradecía que al menos su manada fuera fuerte, las bajas habían
tinguir su olor debido a la sangre y la pólvora danzando en el ambiente. Pero grande fue su sorpresa al no encontrarla
olor de su cuerpo salió corriendo mirando de un lado a otro e intentando ubic
podía ver la ansiedad
tar a Luna, no
se a
ha dicho? Quizás está en el re
ntes, pero por más que buscaron y preguntaron a los demás.
jeando hacia ellos- En su ro
su hermano después de verificar que l
mandíbula y ne
o, no sé
pasándolos aun cuando esto pondría en peligro su vida, no le importaba. Pero, aunque agotó su fuerza después de recorrer
o descansaría hasta encontrarla nuevamente y hacer lo que fuera para recu
*
os de
dooooo- la mujer que se acababa de bajar del autobús en
a de quejarse. Eso pasa cuando eres huérfana y tus ingresos están al mínimo como para no pagarte un puesto en la ciudad. Ahora estab
rón. Sus orbes azules brillaban con entusiasmo a pesar de la situación. Quizás...
liar- se rio de forma irónica- Que digo, si nunca he es
ella sensación dentro de ella
sto no es una novela romántica donde te encuentras con un lobo como pareja, aquí terminas siendo l