sin tocar, una muchacha solitaria estaba recogiendo los frutos que cayeron del suelo. A medida que el cielo se iba aclarando, l
, ruego por su sabiduría para aclarar la mente an
al no obtener respuesta alguna. Tras intentar olvidar el torm
hacia el sitio donde provenía el sonido. Y luego de correr por unos cuantos metros, se encontró con una ex
ojos por encima de su cabeza. La joven sabía bien qué era esa criatura: era una daimon, una especie de bestia que, aunque tuviese el mismo do
ió. Sentía lástima por ella. Pero su miedo era aún más fuerte, ya que se trataba de
hacer? – pens
ovimiento, escucho las voces de los
vuelta y se dispuso a regresar a su refugio
berla ayudado era tan grande que sintió que lo acompañaría por el resto de su vida. Pero no tenía opciones, ya que se había mar
ra sobrevivir y alterar la naturaleza a su antojo. Separarse al resto era equivalente al suicidio. Y
a de acuerdo co