pero, no contó con que el tráfico estuviera imposible, llegó unos diez minutos tarde hasta las oficinas principales de Bullock&Company, pero, una vez más, la suerte estaba a su favor y
revista para la plaza vacante de asistente ad
La chica de recursos humanos carraspea su garganta para llamar la atención del señor Bullock- perdóneme señorita, ya con esta edad no estoy para los dolores de
sentativo suyo, a diferencia de su hijo arrogante. En cuanto escuchó sus palabras, Chelsea se puso nerviosa, una cosa era ser entrevistada pero, otra muy diferente era que el dueño de la empresa fuera el entre
acerlo que en Bullock&Company, por eso estaba allí. No habían pasado ni quince minutos y ya, el señor Bullock estaba decidido, ella ocuparía el
señorita Smith, será todo un pl
as gracias por su atención, solo una
ación con una iluminación increíble- así podrás ir organizándote, revisar los expedientes que hay pendientes, los contra
ndo iba a dejar pasar esta oportunidad. Sentía que ese era su día de buena suerte, a pesar de haber llegado tarde, nadie se dio cuenta d
to, siempre es
su permiso -dijo Bullock antes de marcharse, de
as para darle un toque personal. Se sentó en su asiento detrás de su buró y se permitió unos pocos minutos para sentirse importante y orgullo
e de repartidor que cargaba un enorme ramo de flores- ¡Oh
él mirando los datos que tenía
ndió ella complet
ara ti -dijo, mientras se acercó y las dej
s, era precioso en realidad y tenía un olor increíble pero, no tenía idea de quién podía habérselas enviado, nadie sabía que ella estaría ahí, es q
ida C
gencia médica, me caí de las escaleras y torcí mi tobillo, tenía tantas ansias por conocerte que ni siquiera veía dónde pisaba.
ed
hora estaba entrando en pánico. Si Fred no había podido asistir la noche anterior a su cita ¿quién cojones tomó su lugar? ¿con quién se había aco
do. Eso no podía estarle pasando, no a ella, siempre ha tenido mucho cuidado en sus decisiones, es la típica chica que lo piensa todo dos veces antes de hacerlo para evitar las equivocaciones, pero claro, la calentu
cordar lo que había estudiado cuando por el chat había hablado miles de veces sobre ese tema con el verdadero Fred y, por último, pero no
echo sobre sí misma y ahora se estaba sintiendo sucia. Necesitaba encontrarlo, necesitaba saber quién era ese impostor y acus
escuchar la conversación y se limpió las lágrimas de rabia que corrían por sus mejillas, no i
one que yo escogería el candidato para el pu
e gustó que usted no estuviera
sta- bueno, preséntemela. -Chelsea escuchó los pasos acercarse más hasta
, le presento
de sus ojos nada más y nada menos al impostor al que tanto estaba m