as de caramelos y la boca repleta de choco
n esta tarde con una caja llena de golosinas
a él, no pudo cont
estigiosos hombres de negocios venían de todo el país para honrar
la vio caminar hacia el altar supo que haría lo que fue
nte más y en su mente no dejaba de repetir una y otra vez las
que es su hijo, pero puedes casarte con él por su dinero. Me asombra la fr
- sentenció el sacerdote arra
on a los suyos y la multitud allí re
creo que os encantará. - dijo acariciando su
a mano. -No somos ni seremos nada. No hay luna de miel
por el rechazo,
edo ent
é no me
la herencia. Lo menos que puedes hacer por mí, por respeto a lo
.- concluyó bajando del coche que se
la ducha bañó el cuerpo de Mara. Lloró en silencio mientras el agua corría sobre su piel, lamentando la injusti
a del baño y susurró
n minuto. Enseguida sal
siguiente que notó fueron las manos
gritó y se giró hacia él para enc
sito tenerte, y sé que tú también me necesitas.
casi inaudible mientras se rendía al p
a entregarse al placer, pero un gri
...! - gritó Félix fue
s. Dairon resbaló y cayó al suelo golpeándose la cab
te doy? - le preguntó saliendo detrás de e
viendo como un hilillo de
cuentra
s uno y ahora ni siquiera co
lo hicieras y aun
ero tu cuerpo y tus ojos me d
rnas de su madre, ocultan
ugar. - dijo Dairon mirando
pasar muchas madrugadas atrapado en su oficina, entre papeles. No vio a Mara durante va
e interrumpió
e Fel
specializada que mandó co
dió, mirándola
o noticias bastant
as de u
tras pasar varios días con el pequeño ha re
qué le
tiene rasgos muy bien
uando todos en la mansión dormían, Dairon intentó
go trabajo y estoy casi atrapada en esta casa, incapaz de hacer nada p
eles de autismo varían y a veces engendran verdaderos
mesa. Dairon se levantó de la silla y se agachó
ro no estás sola... nunca lo estarás. Quiero a e
-murmuró ella, secá
petar tus secretos, pero te diré una cosa. No hay nada que pued
s me ha abandonado y me
os, pero yo nunca
cogió, se puso de pie y lo besó, dejándo
pas... - susurró, arrepintiéndos
- preguntó Da
e con la verdad, y que ahora debía dejar escapar otro secr