img En los brazos de Marcello  /  Capítulo 6 Necia | 30.00%
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Historia

Capítulo 6 Necia

Palabras:1482    |    Actualizado en: 26/07/2023

a Ma

fue eso, Sombra! - No fue una buen

u

iste - le respondí al tel

odos nos quedamos con la boca abier

Me importa muy poco cómo

cosas de esa manera tan d

imponerme cosas ni decirme qué hacer. Las decisiones que tomo nunca se han cuestionado. ¿P

ras que tú te has obsesionado desde que viste a la secretaria del senador. Es muy hermosa, no te lo negaré.

í mis hombros. No me importaba lo que hab

quivoca. Pero, no me arr

cosas. Pero pensé que podías simplemente amenazarla con matar a su familia si hablaba. Estoy seguro de que

cer, porque simplemente no la voy a dejar ir. Se explote Milena, o

s ido a la cabaña a dormir por quedarte cuidándola, evitando que alguien se aproveche de ella. Y esta mañana la has defendido

s los demás y mi vida privada no afecta nuestros negocios. Sigo siendo el mismo hijo de puta de

o porque alguien me estuviera molestando, sino má

dibujaba, organizando cuáles serían mis próximas jugadas. Puse en orden mi cabeza y calculé cómo

a cabeza a Milena por proteger a Eileen. Y la tarde había sido también complicada tras discutir con mi perdición. Porque así la llamaría. Esa rubia m

ncia. Después de comer todo lo que habían servido a mi gusto en la bandeja, me di un baño. Dejé que el agua de

risis de pánico después de lo sucedido con Milena. Su cuerpo encajó perfectamente en mis brazos. Mi pecho le sirvió de almohada por unos minutos m

retirar la bandeja - la

Todo estuv

o absolutamente nada. Ni el almuerzo ni la cena.

í lev

e cabreaba tanto esa actitud. Pero no podía culparla; han s

e cubriera el pecho, me adentré a su habitación e

no dudé en decirle desd

Ella y yo iríamos de compras más adelante, por el

ismo - recorrió mi c

a mis a

do mis manos en mis bolsillos.-¿No vas a

pondió co

rás morir por desnutrición. Quien no come,

cabrón - mascul

conmigo, y no era para menos. Pero aún así ella no d

groseras. Las nenas buenas se p

o a la ventana y me encaró. Esa pose ya la conocía. A penas l

a provoqué acercándome lo suficiente c

dio! - me go

la iba a det

nada que ver con el maldito asunto! Yo no tengo ni tuve ninguna participación en nada más que se

ar a mi famili

i me inmuté

s ella tomaba aire como si hubi

entre nosotros. Sin embargo, ella retrocedió y se

sus caderas, encarándola mientras podía escu

no estás aquí por nada relacionado a su caso. Ya no estás aquí porque mi gente te se

ro tenerte aquí. Sencillo - me atreví a acariciar su cab

que quería era que se calmara. Llevé mi mano hasta su cuello y desde allí p

a tu familia, gánatelo. Si quieres libertad, gánatela. Si quieres buen trato, gánatelo. No estás hablando con un príncipe azul. Estás con un asesino, narcotraficante. Con un monstruo que no ha

y con mucha fuerza de voluntad, me alej

ostó no besarla. Me costó ser tan rudo cuando en

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