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Historia

Capítulo 5 IV

Palabras:2002    |    Actualizado en: 01/09/2023

es querían, ella amaba al caballero y estaba segura de

a la conclusión de que era hora de contarle la verdad al caballero, así que le escribió una carta contándole toda la verdad. También le mencionó en la carta el baile de esa noche, rogándole que asistiera para pedir su mano delante de todos los nobles del reino. Tenía la espera

rcado de Turion y entrégale está carta al caballero- le

princesa- le dijo El

ándole un gran abrazo a Elvira-. Ves todo lo rápido que puedas y entrégasela

e mimbre con las flores y la carta de la princesa, salió de la habitaci

mente a la vez que llegaban los compañeros de caza del jo

joven algo robusto de pelo castaño que se acercó a ella-. Soy e

xplicaciones de nada, pues Alma le había hablado del día que lo conoció y le dijo que no l

gido un compromiso y me ha pedido que

regarle un mensaje muy importante...- dijo Elvira, pero no

yo le haré llegar el mensaje- le dijo el joven, aunq

ó en seco y se tapó la boca con la mano, había mencionado a la princesa sin pensarlo y no sabía ahora como arreglar s

dijo el joven con una sonrisa fingida, alargando el brazo para atrapar la carta que sost

ven se acercaba muy decidido hacia ella, así que echó a correr. Él la persiguió hasta salir de la plaza del mercado y después corr

tentó quitársela pero él le golpeó en la cabeza y la hizo caer al suelo. Él abrió y leyó la carta y descubrió quien era realmente la chica de las flores, quedó

gritó Elvira desde el suelo y él le respondió dándole una pa

u sombra. No voy a permitir que se case con la princesa y acabe siendo rey en ambos reinos, no mientras yo viva. ¡No lo v

íncipe Edgar y para contarle todo lo que había descubierto a la princesa, pero él la aga

la violó. Ella intentaba soltarse y gritar para pedir ayuda, pero él era mucho más fuerte, así que ella no logró liberarse de él. Edgar la violó sin piedad durante un buen rato, haciendo caso omiso a sus lágrimas y gritos de dolor. No paró de hacerlo hasta quedar satisfecho. Cuando terminó, ella no se movía ni

ballo. Faltaban sólo unas pocas horas para que comenzara el baile en el reino de Bórtur. Tenía que darse prisa y llegar allí antes que su hermano, pues el príncipe Peter iba a asistir allí para pedir la mano de la princesa Alma; ambos iban a casarse obligados por

serían felices y gobernarían juntos ambos reinos. Edgar no iba a permitir que algo así ocurriera, él haría todo

ieron como se iba con su caballo a toda velocidad sin decir nada a nadie y decidieron seguirlo, pues ellos habían jura

alir a probarlas. Alma estaba muy nerviosa porque se acercaba el baile y aún no había recibido noticias de Elvira, cosa que la tenía muy preocupada. Pensó que le vendría bien distraerse y

ato practicando y su puntería cada vez era mejor; estaban pasando un buen rato los tres juntos, pero Alma estaba distraída mirando continuamente en dirección hacia la valla. No había

lado, pero no lograba distinguir de quien se trataba pues estaba algo oscuro. Entonces, salió de detrás de la valla la figura de

tanto asustada, pues aquel hombre se dir

a un príncipe?- le dijo una voz que Alma no reconoció-. Cá

cidido hacia ella y no le contestaba- ¡Jamás me casaría con alguien

aquel desconocido riendo y se abal

a cabeza, haciendo que este cayera al suelo. Ella enseguida empezó a gritar pidiendo ayuda y también intentó escapar, pero él le agarró de un pie e hizo que volviera a caer al suelo. Él cogió la piedra con la que le había golpeado la princesa y se disponía a golpearla en la cabeza, pero entonces, una flecha de mad

o de la valla. Los dos caballeros que habían seguido al príncipe Edgar hasta allí, hab

manos y supieron que ellos le habían disparado. Alma cogió de las manos a sus dos hermanos y huyeron al castil

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