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Ella, princesa del reino de Bórtur, se hace pasar por una campesina vendedora de flores, sólo para poder ver al chico de sus sueños. Él, príncipe del reino de Turion, compra coronas de flores todas las semanas, sólo para poder ver a la preciosa chica de las flores. Estalla la guerra entre ambos reinos tras la muerte accidental del hermano menor del príncipe. Él, reclama una vida por una vida y ella, es sentenciada a muerte. ¿Qué pasará cuando el príncipe descubra que la princesa a la que ha sentenciado a muerte es, en realidad, su amada chica de las flores? Y ella, ¿podrá seguir amando a un príncipe loco, cruel y despiadado? © Obra protegida por derechos de autor
Dos reinos enfrentados desde hace cientos de años.
Por un lado, el reino de Bórtur, en el que las familias nobles eran muy numerosas y tenían el favor del rey. Les era permitido abusar de los campesinos exigiéndoles mucho trabajo, pagándoles una miseria a cambio; había una gran diferencia entre clases sociales. La Casa Real cobraba grandes impuestos a todas las familias por igual, así que las familias de campesinos apenas tenían lo justo para subsistir, ya que la mayoría de sus ganancias tenían que entregarlas a la Casa Real como tributo. Existía una tradición en aquel reino que venía desde años atrás; las jóvenes pertenecientes a las familias adineradas tenían que llevar gran parte de su rostro cubierto con un velo blanco, en señal de pureza. Sólo podían quitárselo una vez habiendo contraído matrimonio, tras su noche de bodas. Creían en el Más allá, que era a donde le iban a parar las almas de todos los muertos, y también creían que los reyes que habían gobernado en los reinos creyentes, tras su muerte, ocuparían un lugar distinguido al lado de Dios y del resto de reyes que habían gobernado en el pasado.
Por otro lado, el reino de Turion, en el que apenas existían diferencias entre clases sociales. La Casa Real se preocupaba de repartir el trabajo y ayudar a abastecer a toda la población de todo lo necesario, para que todo el mundo pudiera tener una vida digna. La Casa Real cobraba un tributo a toda la población, pero dependiendo de las ganancias que habían tenido durante el año. Creían en la existencia de un único Dios y el cielo, donde iban a parar las almas de las buenas personas tras la muerte; pero también creían en la existencia de Satanás y el Infierno, donde iban a parar las almas de las malas personas y allí expiarían sus pecados durante toda la eternidad.
Un día, los reyes de Bórtur, junto a los reyes de Turion, acordaron un matrimonio concertado; el príncipe primogénito del reino de Turion y la princesa primogénita del reino de Bórtur se unirían en matrimonio una vez que el menor de ambos cumpliera los dieciocho años. Así, unificarían ambos reinos y la rivalidad de años atrás se terminaría. Esperaban que, tras ese pacto, la población de ambos reinos estuviera más unida, pero eso provocó todo lo contrario; la mayoría de las personas no estaban de acuerdo con unificar los reinos y el odio entre reinos creció provocando una gran guerra. Entonces, los reyes decidieron retractarse delante de sus súbditos para apaciguar su odio y conservaron ese pacto en secreto; esperarían a que sus hijos fueran mayores para volver a hacerlo público. Pensaban que, quizás para entonces, sus súbditos se tomarían mejor la unificación de los reinos.
Desde entonces, la vida no era fácil por las continuas guerras y enfrentamientos entre ambos reinos. Hasta que un día, tras una terrible disputa, la reina de Turion falleció, dejando a su familia y a sus súbditos destrozados. Tras aquel lamentable incidente, los reyes decidieron firmar un tratado de paz por el bien de toda la población y para evitar más derramamiento de sangre. Ese tratado suponía el fin de las guerras, siempre y cuando ambas partes respetasen las condiciones pactadas. Una de ellas era no cruzar una gran barrera que decidieron edificar para definir los límites de cada reino. Otra de las condiciones era que cada uno de los reinos respetaría la vida de todas las personas del reino contrario; en el momento en el que muriera alguien de un reino a manos de una persona del reino enemigo, dicho tratado de paz sería anulado. Gracias a ese tratado pusieron fin a los enfrentamientos durante varios años, aunque la paz entre los dos reinos no duraría mucho. Al fin y al cabo, sólo bastaba una pequeña chispa para avivar el fuego y todo comenzaría a arder de nuevo...
Valeria cree que tiene una vida de ensueño: dos hijos maravillosos, un marido con el que lleva más de diez años, un trabajo estable y un apartamento familiar en la playa al que va con su familia todos los veranos. ¿Qué más podría pedir? Todo su mundo se vuelve patas arriba cuando un día se da cuenta de que está perdidamente enamorada de un compañero de trabajo, alguien en quien jamás se había fijado antes. A raíz de ese amor inesperado, su forma de ver la vida cambiará para siempre. © Obra protegida por derechos de autor
Andrea es una chica muy normal, que vive una vida muy normal, hasta que un día descubre algo increíble, que los vampiros si existen. Tras ser secuestrada y vendida a un vampiro, su antigua vida quedará atrás. Tendrá que intentar adaptarse a su nueva vida, sobrevivir en ese mundo y aprender a lidiar con Jaume, su dueño.
Melissa podía tolerar ser engañada y humillada; pero si la acusaban de algo injustamente, sería una historia diferente. A los ojos de su esposo, tres años de matrimonio eran menos importantes que una simple lágrima de su amante Arielle. Y finalmente, él la abandonó sin piedad en un día lluvioso. Cinco años después, Melissa reapareció con sus adorables gemelos; esta vez, se convertió en una médica de fama mundial. Fue entonces cuando su exmarido, Everett, le pidió que ayudara a Arielle... "Abuelo, si quieres hablar con mamá, primero tienes que pasar una prueba". El hijo pequeño de Melissa, Merrick, levantó con orgullo la barbilla. "¿Abuelo?". Everett se preguntó si parecía tan viejo. "Papá, sí eres muy viejo... ", dijo Lindsey, la hermana gemela de Merrick con un puchero.
"Estaremos casados por sólo un mes. Después de eso, nos divorciaremos de inmediato". A pesar de que su bisabuelo había arreglado su matrimonio antes de nacimiento, él no creía que una mujer tan informal y movida como ella merecía ser su esposa. Poco sabían en aquel entonces que estaban destinados a estar juntos. Hiram, el CEO joven y apuesto que nunca sintió atracción por ninguna mujer, y Rachel, la belleza que de alguna manera traía mala suerte a todos los hombres con los que salía, se casaron, contra todo pronóstico. ¿Qué será de su vida de matrinomio?
Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".