frialdad-. No dirijo una organización benéfica. Yo soy un hombre de nego
sofocada, le costó muchísimo
quiere
en el pecho y se burló-: Un médico prestigioso y de gran jerarquía como tú n
pero rápidamente se re
que había en la habitación. Un instante después, volvió con un vaso lleno
dore la miró con
dorso de mi mano sobre el crist
u explicación estuvo de más. Sintió que lo había subestimado y que exageró al respecto. Por otro lado,
. No es de extrañar que el hombre de la
dio un vuelco. El sarcasmo de Theod
tar con todo tipo de pacientes. Dejaré e
antes de que pudiera darse la vuelta sintió un dolor agudo en la muñeca;
mente, el hombre la
dore justo frente a ella. Después de siete años, él no había
uedo percibir que has cambiado mucho. Bueno, cualquier hombre puede hacerlo, ¿eh
sabía muy bien cuáles eran sus heridas y cómo presionar en ellas. En ese momento, Everleigh l
tame
exclamó Theodore d
, parecía estar recordando el tiempo que pasó con ella.
o se alojó en su barbilla y al ins
? No me extraña que me haya estado sintiendo fatal recientemente, re
o la parte más vulnerable de su corazón. Sin embargo, Everleigh apretó las sában
uirió con indiferencia y volviendo a tratarlo de usted-. No lo olvide, se va a c
ensombreció. Después de siete años, ni siquiera sentía culpa por haberse i
rdor en su pecho y apretó aún más sus
ón cuando te fugaste con otro ha
as, Everleigh no