viento mecía de forma armoniosa las copas de los árboles y pinos que había alrededor
la clase en el jardín, para así dis
todo el país. ¿Sabes qué tiene una longitud de 346 kilómetros y que es la principal fuente
phie–. ¿Quién puede decirme en qué
n el año –empezó a hacer memoria Alex, con una con
Me impresionan. Es incr
e en nuestra educaci
hagamos un p
ron los melliz
sólo die
☆
us manos sus libros de geografía e historia y abandonó la
e un pequeño escritorio que tenía
cción a la sala. Allí se encontró a los mellizos muy entretenidos con un juego de mesa: m
go. Verlos le hacia recordar las veces que jugaba con Emily, cuándo se peleaba
ica amiga que había podido conservar a tr
entía nervios cada vez que aquellos ojos se posaban en ella, sería mentir. Pudo sentir sus mejillas arder y recordar aquella
nitivamente a la sala. Sus hijos dejaron de lado el juego y corrieron a abra
o de historia y geo
da del tesoro –secundó, Annette
retenido –sonrió, Thomas– ¿Qué ta
onriente– ¿Sophie, pue
Thomas, miró a
al parecer él no se había dado cuenta d
a la pequeña mesa en dónde los niños jugaban. Los
la mesa y comenzaron a jugar entre risas y una qu
juego y toda la riqueza del juego
uál niña pequeña, ocasionando en Thomas, una gran carcajada que llamó la
ante la escena y Sophie, terminó co
re risas y Sophie, se sonrojo. Algo hab
edad y ocultar una sonrisa–. Sólo
no pasó desapercibido el brillo en sus ojos que llamaron
Thomas, centró su atención
homas, al tiempo que se ponía de pie y tanto
ó y, desde un rincón Diana, los observó por unos segundos. Sonrió de costado, una sonrisa que guardó para sí misma. La escena era de una familia. Thomas, se veía mucho
mas, llevando un bocado a su boca–. Sophie, podrás
e manifestó feliz por e
ó Polette, a su hermano algo disgustada y
o el rechazo que Polette, tenía por esa mujer–. Hasta encontrar otro, ella se
odo lo que quiera y te comerá con los ojos –dijo las últimas palabras en voz ba
o trabaja para nuestra familia, nada
–. Tú no te das cuenta, pero yo sí lo hago. La forma en la que te mira, en cómo se te
o percatarse de la conversación que llevaban los adultos–. Si lo que te preocup
☆
Se recostó y cruzó sus brazos bajo su cabeza y se detuvo a observar el bl
rma romántica a Rose, era un tremendo disparate. E
era alguien para pasar un buen momento, sexo y nada má
aro que no. Sus encuentros sólo era
jó de lado el tema de Rose y sus pensamientos fueron albergados por un
haberla besado. Se vio sonriendo có
» Pensó una y otra vez en lo mismo y c
☆
staba más intenso que nunca y su sombrero parecía no ayudarle mucho.
s trotes. –se burló Víctor, al verlo
contestó co
os sorprendas con una sonrisa o al menos una mueca –Víctor, hizo un gesto pensativo
cir idioteces? ¿Verd
hombros y se ganó una mala
e quince años,
amigo que tenía y agradecido por tenerl
sus empleados mientras corr
reguntó una vez
Francia –Thomas, lo miró atento–. Su
ier
a correr en dire
ora su tía? Nad
sala. Llegó totalmente agitado y tra
cerró sus ojos en s
o más amable pos
! –manifestó molesta. Thomas, rodó sus ojos–
acias por pregunta
el teléfono. Su tía no podía ser menos consider
ó frunciendo el ceño desconcert
–contestó relajada cómo si
sí
animada– Supongo que pronto
Calculamos que a final del mes estar
colgar. Te llamaré en estos días. Cuídense. A
–dijo y final
e lo más extraña. Muy rara vez su tía llamaba para saber de ellos y del viñedo.