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Historia

Capítulo 5 ¿Roses

Palabras:1774    |    Actualizado en: 27/01/2025

viento mecía de forma armoniosa las copas de los árboles y pinos que había alrededor

la clase en el jardín, para así dis

todo el país. ¿Sabes qué tiene una longitud de 346 kilómetros y que es la principal fuente

phie–. ¿Quién puede decirme en qué

n el año –empezó a hacer memoria Alex, con una con

Me impresionan. Es incr

e en nuestra educaci

hagamos un p

ron los melliz

sólo die

us manos sus libros de geografía e historia y abandonó la

e un pequeño escritorio que tenía

cción a la sala. Allí se encontró a los mellizos muy entretenidos con un juego de mesa: m

go. Verlos le hacia recordar las veces que jugaba con Emily, cuándo se peleaba

ica amiga que había podido conservar a tr

entía nervios cada vez que aquellos ojos se posaban en ella, sería mentir. Pudo sentir sus mejillas arder y recordar aquella

nitivamente a la sala. Sus hijos dejaron de lado el juego y corrieron a abra

o de historia y geo

da del tesoro –secundó, Annette

retenido –sonrió, Thomas– ¿Qué ta

onriente– ¿Sophie, pue

Thomas, miró a

al parecer él no se había dado cuenta d

a la pequeña mesa en dónde los niños jugaban. Los

la mesa y comenzaron a jugar entre risas y una qu

juego y toda la riqueza del juego

uál niña pequeña, ocasionando en Thomas, una gran carcajada que llamó la

ante la escena y Sophie, terminó co

re risas y Sophie, se sonrojo. Algo hab

edad y ocultar una sonrisa–. Sólo

no pasó desapercibido el brillo en sus ojos que llamaron

Thomas, centró su atención

homas, al tiempo que se ponía de pie y tanto

ó y, desde un rincón Diana, los observó por unos segundos. Sonrió de costado, una sonrisa que guardó para sí misma. La escena era de una familia. Thomas, se veía mucho

mas, llevando un bocado a su boca–. Sophie, podrás

e manifestó feliz por e

ó Polette, a su hermano algo disgustada y

o el rechazo que Polette, tenía por esa mujer–. Hasta encontrar otro, ella se

odo lo que quiera y te comerá con los ojos –dijo las últimas palabras en voz ba

o trabaja para nuestra familia, nada

–. Tú no te das cuenta, pero yo sí lo hago. La forma en la que te mira, en cómo se te

o percatarse de la conversación que llevaban los adultos–. Si lo que te preocup

Se recostó y cruzó sus brazos bajo su cabeza y se detuvo a observar el bl

rma romántica a Rose, era un tremendo disparate. E

era alguien para pasar un buen momento, sexo y nada má

aro que no. Sus encuentros sólo era

jó de lado el tema de Rose y sus pensamientos fueron albergados por un

haberla besado. Se vio sonriendo có

» Pensó una y otra vez en lo mismo y c

staba más intenso que nunca y su sombrero parecía no ayudarle mucho.

s trotes. –se burló Víctor, al verlo

contestó co

os sorprendas con una sonrisa o al menos una mueca –Víctor, hizo un gesto pensativo

cir idioteces? ¿Verd

hombros y se ganó una mala

e quince años,

amigo que tenía y agradecido por tenerl

sus empleados mientras corr

reguntó una vez

Francia –Thomas, lo miró atento–. Su

ier

a correr en dire

ora su tía? Nad

sala. Llegó totalmente agitado y tra

cerró sus ojos en s

o más amable pos

! –manifestó molesta. Thomas, rodó sus ojos–

acias por pregunta

el teléfono. Su tía no podía ser menos consider

ó frunciendo el ceño desconcert

–contestó relajada cómo si

animada– Supongo que pronto

Calculamos que a final del mes estar

colgar. Te llamaré en estos días. Cuídense. A

–dijo y final

e lo más extraña. Muy rara vez su tía llamaba para saber de ellos y del viñedo.

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