su esposo por motivos de su 7mo aniversario. Con ese hombre que amaba tanto. Y él cual,
do un hombre muy atracti
e trataba. Tenía unas hermosas cejas y un aura cálida y poderosa a su alre
levó en los delgados y finos labios de Isabell
la llama de una vela hasta extinguirse, siendo reemplazada por u
n tornado algo dolorosos, como si t
mportancia, al final no lo lograba. Siempre terminaba sintiendo y teniendo esa inquieta sensación q
iraba alrededor del ho
a como explicarlo, pero esa inquieta sensación la estaba torturand
ías. ¡Nada está pasando!⪼. Se decía inter
de las 6:30 pm. Por lo tanto; dándose prisa en organizar los últ
ara la ocasión, y el cual aún estaba envuelto. Ya que al llegar no
entre sus manos, la cual no era para nada el vestido que ella había elegido ── Ava ──. Mascullo c
había insistido en comprar un vestido, ya que no quería que usará esas prendas aburrida
nada más acordé a la ocasión, así que no podía descartarlo. Al mirar
dolos resaltar al verse provocativos y firmes. En la cintura tenía un delgado fajón que
Dio
tidos! ── se quejó con la mandíbula tensa al ver qu
tan mayor, solo tengo 32 añ
uave, resaltando sus labios con un tono du
l coche de su esposo. Asi que, al terminar, se miró una vez más
o, él cual ya se encontraba dormido, dejando un b
a vió por ningún lado. Por lo tanto, se dispuso a subir a la habitación. Pero c
a, había un cuerpo bien definido con hermosas y sensuales curvas que podía volver loco a cualquiera. Y que solo
n voz ronca, a la vez que extendía la mano
us hermosos ojos obsidiana se dilataban al mirarla fijamente. Había pasado tant
iempo habí
me
ás tr
puesta estaba en más de se
, se había sentido algo diferente. Como describirlo: había sido
Y los cuantos toques que hubieron, se sintieron diferentes,
te ama, solo ha tenido mucho trabajo
risa. La cual no dejaba ver los latidos erráticos que qu
ura, la acercó a su cuerpo, mientras que una diminuta sonrisa se iba elevando en las c
Sintiendo un cosquilleo que le recorría por las venas hasta
ió con voz temblorosa al sent
, comenzó caminar con sus dedos entrelazados hasta llegar al
la ayuda a sentarse y luego to
o todo lo que haces ──.
ndo ──. Cuestionó Isa
era?. O mejor dicho, ¿Cuándo fue la ú
ientras le extendía una pequeña caj
or dorado con incrustaciones de diamantes brillar en el interior. ── Gracias, esta muy hermos
nada con una cinta blanca, la cual Isabella recibió. Quedando momentáneamente asombrada al abrirla y ver un hermoso col
──. Expresó con una sonri
Pue
uecino y esbelto cuello al descubierto. James le colocó el collar, y al terminar
es empezó a vibrar en su bolsillo, haciéndolo fr
era. ── Debo contestar esta llamada, discúlpame un mome
a presentado en la compañía. Mientras esperaba, pensó en ir por los postre
la cocina, su cuerpo se para
amo, pero no puedo estar
emos que pasaremos
o. ¿Qué
hospital
n una gota de color, pareciéndose al vestido que estaba usando. Su corazón estaba latiendo frenéticame
ó la boca para no hacer ningún ruido, a la vez que sus piernas pe
pasos inestables hasta llegar al comedor volviendo a tomar su lugar
ia más de lo usual últimamente,
ándo la e
para qué la
nita?. ¿No er
a, qué a ella
r. Las manos sobre sus muslos temblaban sin control, junto a su corazón, el cual h
urgente en la compañía y debo ir──.
iño
tembló y sus manos se apretaron con
s al no obtener res
rostro y sus complicados ojos. los cuales carecí
ó a hablar sin obtener
e sus largas pestañas temblaban queriendo solt
repentinamente en un hilo de voz temblorosa. Y con una frág
scansar. ── Respondió sin una pizca de preocupación en su tono de voz al ac
Sus hombros empezaron a temblar mientras cubría su ros
qué?!. Se pregunt
a tía Ivonne, su nana, la que vivía en una cabaña que Isab
lguien muy import
e pidió al salir apresuradamente subiéndose a su coche, si
s. Estaba segura que aún no había dejado el camino de la villa, ya que est
inutos antes que se adentrará a las transcurridas ca
rudente. Se sentía estúpida por hacer ese tip
nes, se apoyó en la pared cerca de la puert
ogrando que los ojos de Isabella se abrieran grandemente al escucharla, haciendo que su coraz
vo
er cierto.
nfermaste? ──. Inquirió con voz preocupada James
ojos llenos de culpabilidad. ── L-lo siento, no debí llamarte. Se que estabas celebrand
e, no hiciste nada malo. Tú e
corazón senti
as afiladas a su ya devastado corazón volviéndolo hacer trizas, al mismo tiemp
iendo; y a su vez, tomaba las afiliadas flechas que la estaban desga