ue había adaptado para parecer el interior de una limusina, con asientos largos de cuero negro, posicionado
as 10:20 a.m. a más tardar, dependiendo de la fila que Kai hiciera en la cafetería frente a
s jefes de todos ellos. Seguro que alguno tendría tiempo de ir a
arse si no era una mala excusa q
, pues a fin de cuentas, Kai era de esas pocas personas en su
ría en su escritorio y le daría el reporte de venta
las cosas no iban a ser tan di
iría a la oficina de Alicia para ver qu
Sushi, tenía ganas de comer pescado, pero si recibía la llamada que estab
bien, tendrían un trato firmado a las 4, quizás a las 5,
10:12 a.m. ¿Qué tan l
i pasaban más de 5 minutos, volvería al auto y le encargaría la com
"perfecto", se quejó, pues a
su andar, Mitzuru bajo del auto
r disimular lo poco que le importaba su tiempo, solo a
ta de la cafetería y se adentró en ella. Marcando su peso con la fuerza de su mig
nces sin ocultar la molestia en el tono
olvía temblorosa-, no podría dejar comer so
cuando Mit
ué mierda?", se le di
ue le recordaban al brillo que adquiere el mar cuando
en podría decir que eran zafiros, pero siendo honestos, no
lejaba una insana y peligrosa curiosidad, todo sobre unos rosados y carno
forma de sus pechos, redondos y bien posicionados, no era suficiente para llevar la cabeza de cualquier hombre al límite de su lujuria, el
ofensivo que, sin embargo, termino p
ueños. Tan dulce y tan bella que, si no hubiera
demonios habían hecho Kai para ll
eiji no era popular en Japón, probablemente por
, cara redonda y ojos cafés, que además tenía una tendencia a sonr
americanas no les parecían atractivos los asiáticos. S
la vista, para encontrarse con el Rolex en su muñeca.
o conociste
conocimos
o la vista a él -
? ¿Po
con la mano, Kai obedeció de
-se quejó-, ¿no
ecirme algo sobre este hombre?, ¿Algo que
do su burrito-pues-dijo desp
l saco, la abrió y puso un billete de la mesa-. Aquí tiene, buena
us dedos, Mitzuru
gunto extrañada mie
na-le dijo Mitzuru
a, la escucho, llamarlos a lo lejos, ni se giró, no
, pero a pesar de sus cortas piernas, gruesos muslos y de
a al auto- ¿Cree que soy prostituta? -le pregun
facciones d
en la fila de la cafetería, usando un saco Armani y un reloj de oro y pensó "Ay, ¿sabes que
so los hombres solo invitan a comer a prostitutas
años y de todos los chicos caucásicos con rulos cobrizos y ojos soñadores, usted eligió a mi id
sa, no una mamad
es prostituta, so
rostro perfecto se volvió uno que rep
ella estiraba el brazo hacia atrás con la intención de tom
a cubrirse antes de que este se abriera l
a él y en una distancia tan corta que Mitzuru pudo percibir
ía mucho más caro -ase
ués la miro caminar por la acera hasta dar con la siguiente calle, lo cierto era que estaba encendido
aquellos bien torneos y gruesos muslos, causales de todos aquellos pensamientos demasiado impuro
bujó de manera involuntaria, misma que solo pudo borrar
írse pese a estar lleno de comida rápida y que l
ba del chofer para ordenarle que emprendiera el vi
cha ahí-a punto
pregunto busc
ru lo vio apreta
ulpo completamente-lo
A
il de embaucar, ¿Qué ibas a hacer si esa c
ona, se habría que
acaba d
un dedo divertido-, contemplarl
evó lo
os-alzo un
ta que te
pero el azul de aquellos ojos se seg
i volviese a venir maña