se había atrevido a traicionarlo de esa manera?, le acababa de arrebatar lo que más amaba en la vida, no le importaba pon
a obtener; con sus actos acababa de despertar un monstruo sediento de venganza que no descansaría hasta verlo pudriéndo
astrara hacia sus pies para pedir clemencia. Olvidaría que Enzo era su padre así como
e tomo alrededor de una hora llegar a su destino: la morada de Gianfranc
quien se encontraba en la sala de estar de su mansión, b
forma más desagradable posible. Saco su arma y colocó sus manos en alto como señal de rend
iera hacer algún movimiento un par de hombre de Salvatore
poniéndose de pie para acercarse al muchacho, al cual tomo del cabello para obligarle a qué alzara la car
e era realmente intimidante; por algo era el mayor líder de la mafia siciliana, Cosa Nostra
ianfranco Salvatore haría temblar a cualquiera, excepto a él, después de todo también pertenecía a una d
ro con toda la soberbia que le caracterizaba. Gianfranco presiono su arma por la parte
ente tu querías acabar con tu propio padre? - I
iona - respondió Alessandro, dentro de la mafia habían reglas muy claras, entre ellas que a la familia no se le debe trai
s de la traición de Enzo Cassiano, Gianfranco Salvatore no
ba ese hombre - ¿Le suena ese nombre?... la amaba y Enzo la arrebato de mi lado - confesó, las facc
ontigo, desgraciado! - Alessandro sintió como su corazón se contraída ante el doloroso recuerdo de lo que había ocurrido tan solo
aseguro, esbozando una sonrisa ladina - voy a acabar con cada uno de los que se atrevieron a tocarla. Le quitaré todo cuando ama, todo cuando posee, cono
el hijo de un traidor?, ¿como saber si era verdad todo lo que ese niño le decía?, ¿de verda
astimaron paguen por lo que hicieron, mi propia vida no me importa; sino me cree mateme - Alessandro bajo la cabeza en señal de rendición, las finas lágrimas recorrieron sus mejillas, a pesar de que no era alguien que llorara con facilidad en ese momento sent
el arma frente a Alessandro quien se resigno a morir en ese momento pero todo
ertenece - sentencio Salvatore entregando el arma a Alessandro, quien sonrió de forma escalofriante. Una sentencia ac