ro recordar eso, de todos modos" Le dijo fuerte
cimos bien las cosas. Acepto, que se les fue las manos. Solo era diversión. ¿Sabes? No fue mi idea
er más para romperla, ya lo estaba. Sus lágrimas empezaron a fluir a medida que pronunciaba cada palabra. Cuando Maximo la oye gritar estas cosas, se estremece. Él sabe que no puede refutar nada, la chica tenía razón. Fueron unas bestias. La amargura lo invadía y el arrepentimiento lo estaba matando. "Eleonor" Maximo, In
órratelo! Para las personas que te adoran, y disfruta
oz gruesa y baja, sin creer lo
ás. Pero cuando fue a recoger la cesta de comida, Maximo la agarra y la voltea para ponerla fren
alentendiendo las cosas, Eleonor. Nad
o que me toques!" Ell
mate, respira profundo, volverás a caer en pánico si s
obos que en ti y los otros" C
si te calmas. Mmmm, solo
dice. "Lo are. ¡Cuando me
ero no te vallas, no huyas de mí. Qu
que me toques y en definitiva no quiero hablar" Eleonor r
Eleonor, Por Favor perdóname, juro que no fue mi intención dejar que te agravia
r lo enfrenta y le grita entre sollozos ahogados. Gritaba cada una de las palabras, poniendo la suficiente fuerza para que el significado sea real y fuerte, tanto como su dolor. Gordas y abundantes lágrimas salían de sus ojos, ya un tanto rojos he hinchados. El Alfa, estaba
go? ¿Tu reputación? ¿Es por eso que no me dejas en paz d
ó responder, pero ella lo interrumpió en un desboque
é de aquí luego de mi turno. No sabrás más de mí. Ni yo de ustedes. No d
to modo sé lo merecía, pero algo de lo que ella dijo, llamó demasiado su atención y no dudo en
onor con incredulidad en su rostro le preguntó. "¿Es enserio tu pregunta? ¿Más bien? ¿Por qué me quedaría?
, literalmente se quedó mudo mirá
espeta. "
Maximo caminó rápido y se puso enfrente de ella impidiéndole el paso. Y la
empre. No solo como Alfa, sino también como lo que soy. Tú y yo, bueno, lo que quiero decir es que debo y seré mejor. ¡Pero quiero que sepas es que ese día, y no es una excusa, ok, es un hecho, estaba Putamente drogado y borrach
Podía esperar cualquier cosa de todos, pero nunca de él. Siempre confiaba en él, aunque no lo demostrara. En ocasiones era todo un idiota conmigo, y más cuando había público presente. Maximo no frenaba su tortura deliciosa. Saboreaba con ternura mis labios, luego avanzó otro paso, cuando pasó su lengua entre el centro de de ellos. La sensación de su boca húmeda en la mía era más que exquisita. Mis pensamientos debatían en sí permitir esto o si frenar sus acciones, pero mi raciocinio se fue de mí. Este cuerpo traidor quería seguir probando su dulce agonía. Sin dejar de lamer y chupar mis labios con mucha diligencia, me dice entre susurros y un pequeño jadeo, que abriera un poco mi boca, sin vacilación acepte su pedido. Para él fue más que suficiente y de inmediato profundizó el beso. En esta ocasión no solo chupo y lamio, sino también mordió, haciendo que mi cuerpo se estremeciera y un escalofrío descendió desde mi nuca hacia mi espalda baja, y la sensación de
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