img Russo: Obsesiones Inmorales  /  Capítulo 5 Rafael | 83.33%
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Historia

CapĂ­tulo 5 Rafael

Palabras:3298    |    Actualizado en: 15/11/2023

fa

os sentones y algunos azotes. Es glorioso despertar con Natalia a mi lado, lo que

hombros, sus pechos, en todo el cuerpo tiene marcas y yo estoy igual o incluso

hambre –

ia hora y vamos a desayunar juntos a

con una sonrisa. – Y es

l entrecejo y quitĂł su

ital y en otros lados, asĂ­ que te

oy a estar contigo

nto y tierno beso. Sin prisa, sin luju

donde se cambia de ropa, se maquilla y nos vamos al hospital. Al llegar al hospital varios la miran, para empezar estuvo como cuatro días en el hospital golpeada, después desaparece porque se mantu

mporta, que digan lo que quieran, si con estás idioteces voy a tener a Nata

ivilegio de ser una perra desgraciada. DejĂł las cosas en el escritorio mientras ella se a

gunos chequeos ¿okay? – me mira y yo

no me dejó dormir – pongo mi antebrazo sobre mi cara y

despierto solo para verla trabajar, tiene lentes puestos, el c

ue te traiga

, ya casi

lidades que ha hecho. Tiene conocimiento en medicina militar, joder. ¿Hay algo que está chica no haga bi

me frente suyo. – Sí lo recuerdo... Estaré en media hora – me mira. – Llevó compañía... Es un ase

a? – digo

oma mi rostro en sus manos. – Voy a extraer órga

rás verte

manos extras – acaricia mis mejillas

ada de esto –

ja, pero ni no vi mal, un Marín aprende rápido – me

a entrelaza nuestros dedos y se siente bien, joder se siente muy bien.

r en cajas y sé que desde ese día tiene dudas y preguntas atascadas en la garganta.

el otro dĂ­a en su habitaciĂłn se nos puso frente. Cuando creo

me mira y mira nuestras manos,

n Alf – l

rte a tu casa p

– No estuve en mi casa, de hecho ahora él se

sonrisa y siento como me aprieta la ma

spero vert

ano para irnos. – Cancele nuest

go cuando subimo

cuidado vea a alguien tratando de meterse en tus pantalones, pero conociéndote

onriĂł y ella me fulmina con la

vive ella. Tres habitaciones con baño en la segunda planta, y en la primera planta tiene una oficina, cocina y com

no se me olvide el nombre. Me hace una prueba rápida y acierto en casi todas, volvemos a subir a la camioneta y vamos a una ubicación que está al sur de la ciudad, casi en los barrios llenos de p

aza a un chico afro con r

e de buscarte pero

é – sonríe divertida. – Pues

irĂł, es otro afro de casi dos metros, tiene mi edad y est

diota – dig

Doctora Hyde, espero en verdad que le alegre la

os dientes cuando escuchĂł la risa de la

a, vemos a dos tipos, a uno le acaban de dispa

gunta Natalia, poniéndose unos guante

o una

– Mira – me señala. – La bala no salió, por l

bro ¿no? – d

gar y los cuerpos con alcohol, nos vamos a preparar, diez minutos tien

os cuerpos mientras que la pandilla llena del alcohol el lugar. Me indica co

erebro, viaja la bala con el flujo sanguĂ­neo, la bala pudo haber afectado otr

ionado – dig

eĂ­ que harĂ­a esto c

Ă© te re

, lo sabes – me da un

SegĂşn Natalia eso garantiza su trabajo y en parte tiene razĂłn. Le dice a Lamar qu

ar y donde no, me explica como funciona cada cosa, la veo extraer los primeros Ăłrganos intacto

a disparar debes saber donde hacerlo, porque si no jodes el trabajo. Un

o Ali

xac

abre la cabeza, Lamar se va a vomitar, yo he visto cosas peores tanto en la Marina como en mi trabajo,

de seguir con el segundo hace unas lla

agamos el siguiente y nos vam

cuando lo desangro por la yugular. Ahora me muevo más rápido y

trae los garrafones que están en la part

a y enseguida llevó los garrafones. Todos nos alejamos cuando ella comienza a rociar el ácido en l

cĂłmo se hacĂ­a est

e desintegra el último cuerpo. – Es m

me sonrĂ­e. Se aleja

mĂ­ cuando ya estoy

ia? – pregun

y loco –

nces qu

tu novio el grandote – el chico asiente con la cabeza.

cuando veo que Natalia ya

ado – dice Ro

sas – digo

orque va centrada respondiendo mensajes y llamadas a las que no le presto atenciĂłn. Cuan

ién e

lo no te debo dar instrucciones – comienzan a bajar las hi

portafolios y me mira. – Amigo, debes

mio – aseguró y ella p

– se acerca a

estrecho

nuevo y que no sea con camis

romitas y los mat

– me da su tarj

ra hasta los muebles son producto de maf

u es

compañero sexual, te matarían – me

sobre la camioneta. –

justo, m

uiero hacerlo, me gusto lo que vi y la

o con la cabeza. – Lo

******

ño y a veces no. Hoy es uno de esos días en lo que tengo que ver mis acciones y no solo

? – dice Natalia cuando ll

ndo ella muriĂł me dejĂł todo a mĂ­, no a mi padre y fue bueno, Ă©l ya hubiera dejado todo en la

acemos aquĂ­, entramos al ascensor y pongo el

sabes el

ándola. – Tú calladita nada más, solo vien

más de una vez la he follado allí mismo, y Natalia lo no

Loc

o un par de mujeres con traje a las cuales también me he follado, ya nadie se sorprende por mi

– saluda una d

capaz que si la mirĂł Natalia la m

s presentara a su novia – dij

ando – lo miró y

esa, la competencia de otras y más cosas que me hartan pero a las que pongo atención. Miró cada tanto a Natalia que

Russo son las mejores y las más grandes, este

pero nada importante – d

el Director. – Bueno, eso es todo

ia que sigue con la misma cara desde que supo

Natali y salimos

el – s

– digo m

jamos, cuando salimos del edificio soltĂł

qué vives así? ¿Por qué no te dedicas a

Ăłn de varias personas, la tomĂł de los braz

ero

a conozco de toda la vida, me siento unido a ella de cierta forma. TomĂł

por eso que te diré todo

tá b

un lugar donde hablarem

par de horas de ahí, tengo un pequeño restaurante o más bien m

s, tomé su man

re de la entrada. – Que gusto

digo mirándolo. – ¿M

uesto, lo

una mesa que está fuera de la vista de todo el mundo, n

zco algo e

, y digo lo mejor de lo mejo

– se reti

s muy buena – le digo

onríe. – Bueno,

rta, Pablito sabe muy poco, casi nada, Lara sabe otro tanto, pero nadie más

eres Rafael, sí estás confiando en mí, es porque

beza y le doy un

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