ta
que se rehĂşsa a verme. Aunque desde ayer que vino a verme, siento algo que no me ha dejado dormir, me dio los anillos d
e ser un hijo de put
creo que Alf está de turno en el Norte – me sonrĂe. – H
ientras me ayuda a ponerme mis
Es guapo y está soltero, además son buenos en lo que hac
con nadie – sonrió mirándola.
mos a comprar
egar a mi casa y dormir una vida entera, no hay nada
de Rafael? – pre
en qué habitación estabas – arrugó
ue
donde estabas y tĂş estado, lo vi cuando
guĂa sedada. Eso significa que fue entre sábado y domingo que fue por
o y cuando estoy por llamarle a Rafael, veo un mensaje de Kate, es más bien un artĂculo de pre
terminó con su vida, el informe lo dio el Director del FBI Damon Nolan. ¿Será posible? No lo creo. Rafael yendo
me. Estoy en
tras como mi hamburguesa no dejo de pensar en Rafael, es un desgraciado cabrĂłn, pero es po
No me da el tono, le dejo un par de mensajes pero durante toda la noche e
quĂ© no deberĂa buscarlo, no soy asĂ, siempre han venido ellos a mĂ pero ahora no pasa. AsĂ que me arreglo, me siento m
car la puerta cuando veo que alguien viene del bosque, lo reconozco por su melena rubia, asà que me encamino a donde está él, tiene pantalones cortos que deja ver sus gr
aqu� – dic
as y me rodea con sus brazos, profundiza el besĂł, siento su lengua en mi boca, sus dientes mordisqueando mis labios y sus m
os de que estamos juntos, de que no es una alucinaciĂłn. Junta su frente con la mĂa y sus o
rándolo a los ojos.
e mà para tomar las cosas que tiró. – ¿Qué haces aqu� – dice
oyerĂa y sospecho que la muerte de Santoro – vamos
andillas, yo consegui esos anillos en el mercado negro – a
– meto las manos
s, me da una y la tomó. – Tengo cosas que hace
porque no me llamas, ni me envias mensajes, ni me has ido a ver, solo
y deja la cerve
ada por el estilo, no soy asà ¿ok? Además vamos a trabajar ju
y él solo me trata como un trapo que puede tirar cuando sea. Pero no me iré, sà eso quiere no
qu� – dice
s de mà – digo sentándome frente de
porque te hartaras primero y te iras al
tás c
as a e
¿lo conoces? – lo miró y veo como
alĂa de camping con mis amigas, yo pescaba y les hacĂa la cena. Si Rafael me quiere lejos, me va a tener cerca.
os pero seguimos apestando a pescado. Rafael me mira y sé que quiere dec
go cuando comienza
es muy ob
ece que
o sola – digo, cuando trat
r – me sonrĂe y yo pon
pero es que, es tan grande, sus mĂşsculos, su cuerpo, sus tatuajes, Dios, todo en el grita pecado infernal.
a – toma mis muñecas y
follaras – digo cuando abre la ducha.
as donde yo diga – se está desquitando el cabrĂłn. – A ver si el agua frĂa te quita lo caliente – suelta mis muñecas cuando lo empujo, pe
i somos tan b
idas, grandes caderas y nalgas que me esforce por tener en el gimnacio. Todos estaban detrás de mà en mi s
pero fuera de ella, eres un
as un pan de Dios
a que solo bu
nque estoy desnuda ante él, no me toca, pero si me mira con morbo y sé que se está controlan
tiende una toalla, y es cu
otra cosa – Rafael mira su erecciĂłn y me mira a mĂ. – Lo
a y me follara como tanto me gusta. Él toma su miembro en sus manos y se m
rándolo y me esfuerzo por no ponerme de rodillas. Rafael se corre, gimi
para esto, sin embargo, tú estás chorreando y d
baño como
á caer tan fácil. Ya vivà cosas peores como para
muslos. Me voy a su cama y terminó de secarme los pies y el cabello. No dice nada de nuevo, solo siento su mirada cada vez que me muevo o cambio de lugar. Él sal
r – dijo sin mirarme. –
ertas, sabe que no tengo bragas y que me
o no me iré – d
me mira a la cara porque si baja l
– sonrió mirándolo. – Y ya que no
tengo cosas
suspire. – Nada de lo que hagas
se acerca y me da una cerveza.
, atrapandolo con mis piernas. TomĂł
porque solo tú me tienes chorreando – quitó su
ipo y aunque ya me invito a salir, no lo quiero ahora, quiero al rubio de ojos azules que está cocinando
n de Rafael, hay otra puerta cuando la abro, me doy cuenta de que es una armerĂa para Ă©l, hay algunas cajas, mi curiosidad es gran
comprendo porque tiene todo en orden, limpio y es algo estricto en algunas cosas. Tiene entrenamiento. Veo fotos de él más joven, hay dos niños con él, uno tiene colores llamat
chando por el paĂs. Genoveva y yo te mandamos abr
onces. ÂżY porque ten
? – su voz me asu
o no querĂa fis
las cosas, metiendo todo
l lo si
– me tomó de la mano y m
era eso. Ahora tengo muchas preguntas, dudas, que me t
tomar asiento, pero Ă©l me obliga a s
o entre mis piernas. – Come y dame de come
e, mientras yo tomĂł un pedazo del pescado frito con
por favor no tarde
cab
boca y... Dios, esto e
ese momento siento su mano abrirse pa
brir mis pliegues,
ta – digo
unta sus dedos de mi humedad, mientras yo
ÂżQ
que más – sonrĂe, rozando
stá delic
entamente sobre mi clĂtoris. Quiero gemir y abrirme de piernas, p
todo residuo de sangre, después lo bañe en vino blanco, con ajo y limón, mientras lo dejo marinar, corte verduras que puse al vapor unos minutos –
ita y vuelvo a comer. Pero aumenta el fren
tás escu
ndo tomĂł un trag
dejĂł como 20 minutos y lo sacĂł con todo y verduras, aparte hago un aderezo de pimiento y crema que le da el toque final a
– j
Âżte g
e g
nzo a gemir cada vez más fuerte y entonces me corro. Mi cabeza queda en su hombro, respi
su boca, saboreando mi sabor. – C
sonriĂł com
da en su
de come
ace un gesto diferente, le gusta cĂłmo quedĂł su comida y la verdad es que sĂ, estuvo delicioso. Su forma en l
ienza a sonar, lo toma y responde después de ver quien
o, es hoy ¿no? – no deja de mirarme mientras habla. – Iré preparado como siempre –
léfono sobre la mesa. Terminó
tengo que ver
a cambiarme de ropa – digo sin bajarme de
do. – Solo ropa norma
irse, lo tomĂł del cuello y lo besĂł. No me iba a que
Natalia – susurra
tuo Rafael – sonrió ac
pellizca mi n
, cuando regresa, lo veo con pantalones rasgados, una playera
rándolo. – Te ves sexy e irresistible,
muerto – me sonrĂe. – Oh porque de veras qu
traje negro, camisa blanca, gemelos con tus iniciales
Nat – besa mi f
****
ato sobre mi vientre, Rafael me toma de la mano, me he dado cuenta de que cuando vamos a lugares asĂ me toma de la mano
o? – se burla Pablito
sin soltarme la mano. Quiero reir
os ar
ubimos las escaleras veo a varios hombres armados, no me intimida ni me sorprende, he estado metida en este mu
cas muy drogadas bailando, hay otras de rod
dice el hombre que t
ablito. – Él es R
por favor to
me jala para sentar
ras una mujer se acerca con u
par de pastil
dice Rafael, apretando
uy
o, las "pirulas"
muy buenas Âżla
as después – dice mirándolo
para la violacion. Es básicamente una combinación de todas las drogas y un poco más d
or la que estamos aquĂ, Rafael bebe y se droga como sie
dor? – dice Rafael. –
n Europa, ahora está en Marbella, después irá a Londres
o es porque no quiere que el mercado negro
icar? ¿Cuál es el pro
los de confianza la pueden traficar y y
s dos, Rafael me sonrĂe y
e mĂ, quisiera hacer gran
lo diré, per
Ăł con Ă©l, vuelve a tomar m
leta y Rafael conduce hasta un bar que está cerca del muelle, entramos y veo que
r la droga Âżverdad
iga tiene su propĂa droga que está vendiendo en el merc
lĂder de una mafia está haciendo sus negocios directamente? Eso significa
este bien formada, debemos acabar con ese idiota. Por su puta droga
ura – sonri
eso que me dij
6 años – lo miró. – Sé muchas cosas y el mismo
e. – Me gustarĂa verte e
o aseguro – acar
ontarle anecdotas divertidas de mi carrera, cuando era pasante. Me encanta verlo reĂr, parece como s
playeras. No me toca, no hace nada, solo se acuesta a mi lado y yo no q
hacer que me mire o repita lo que hizo en la cocina mientras comĂamos pero no lo hace, no me besa,
iéndonos o hablando como personas normales y al otro momento estamos discutiendo e insu
se enfureciĂł y no se fue a ningĂşn lado. Me encerrĂ© en su habitaciĂłn, me puse lencerĂa blanca y salĂ justo cuando escuche que entrĂł en la casa. Puse mĂşsica y es
que me sentaba frente a la c
hora de que yo consiga mi propio placer – sacó un vibrador. – Y lo
stás en mi puta casa,
brá órganos disponibl
secĂł. Sabe que digo la verdad.
dejan casi hipnotizado, moviĂ©ndome sensual al ritmo de la mĂşsica mientras voy despojando de la lencerĂa, pasando mis manos por mis senos, estrujandolos, p
to será tortura
o como me tiene. Meto tres dedos dentro de mĂ, gimo fuerte, y comienzo a meter y sacar mis dedos, escuchando como me encharco más, Rafael ya tiene su pene fuera, du
pechos, estirĂł mis pies hasta tocar su rodilla. Y gritĂł su nombre como sĂ Ă©l fuera quien
ada en sudor me levantó como si nada, como si las piernas no me temblaran y me voy a la habitación, dejándolo para que limpie nuestro
tán cerradas y las cortinas igual, está prácticamente oscuro, entonces veo a Rafael entrar por la puerta trasera. Tiene una bol
Raf
o la casa con llave, nadie saldrá ni entr
or q
ad, y saca algo de la bolsa de papel, veo que son un
afa
nombre, que el dĂa que mueras seguirá la
cinturĂłn contra el piso. Me pone contra la pared, levanta mis caderas y pasa la punta de su miembro por mi sexo
azota mi culo y vuelvo a gemir fuerte. Mis manos están detrás mĂo, no puedo hacer nada más que gemir y bufar. – No somos pareja, no somos los mejores amigos, eres mi perra y yo soy el tuyo, asĂ de simple.
ora follame, Rafae
s... pero as