img Russo: Obsesiones Inmorales  /  Capítulo 4 Natalia | 66.67%
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Historia

CapĂ­tulo 4 Natalia

Palabras:5316    |    Actualizado en: 15/11/2023

ta

que se rehĂşsa a verme. Aunque desde ayer que vino a verme, siento algo que no me ha dejado dormir, me dio los anillos d

e ser un hijo de put

creo que Alf está de turno en el Norte – me sonríe. – H

ientras me ayuda a ponerme mis

Es guapo y está soltero, además son buenos en lo que hac

con nadie – sonrió mirándola.

mos a comprar

egar a mi casa y dormir una vida entera, no hay nada

de Rafael? – pre

en qué habitación estabas – arrugó

ue

donde estabas y tĂş estado, lo vi cuando

guía sedada. Eso significa que fue entre sábado y domingo que fue por

o y cuando estoy por llamarle a Rafael, veo un mensaje de Kate, es más bien un artículo de pre

terminó con su vida, el informe lo dio el Director del FBI Damon Nolan. ¿Será posible? No lo creo. Rafael yendo

me. Estoy en

tras como mi hamburguesa no dejo de pensar en Rafael, es un desgraciado cabrĂłn, pero es po

No me da el tono, le dejo un par de mensajes pero durante toda la noche e

qué no debería buscarlo, no soy así, siempre han venido ellos a mí pero ahora no pasa. Así que me arreglo, me siento m

car la puerta cuando veo que alguien viene del bosque, lo reconozco por su melena rubia, así que me encamino a donde está él, tiene pantalones cortos que deja ver sus gr

aquí? – dic

as y me rodea con sus brazos, profundiza el besĂł, siento su lengua en mi boca, sus dientes mordisqueando mis labios y sus m

os de que estamos juntos, de que no es una alucinaciĂłn. Junta su frente con la mĂ­a y sus o

rándolo a los ojos.

e mí para tomar las cosas que tiró. – ¿Qué haces aquí? – dice

oyería y sospecho que la muerte de Santoro – vamos

andillas, yo consegui esos anillos en el mercado negro – a

– meto las manos

s, me da una y la tomó. – Tengo cosas que hace

porque no me llamas, ni me envias mensajes, ni me has ido a ver, solo

y deja la cerve

ada por el estilo, no soy así ¿ok? Además vamos a trabajar ju

y él solo me trata como un trapo que puede tirar cuando sea. Pero no me iré, sí eso quiere no

quí? – dice

s de mí – digo sentándome frente de

porque te hartaras primero y te iras al

tás c

as a e

¿lo conoces? – lo miró y veo como

alĂ­a de camping con mis amigas, yo pescaba y les hacĂ­a la cena. Si Rafael me quiere lejos, me va a tener cerca.

os pero seguimos apestando a pescado. Rafael me mira y sé que quiere dec

go cuando comienza

es muy ob

ece que

o sola – digo, cuando trat

r – me sonríe y yo pon

pero es que, es tan grande, sus mĂşsculos, su cuerpo, sus tatuajes, Dios, todo en el grita pecado infernal.

a – toma mis muñecas y

follaras – digo cuando abre la ducha.

as donde yo diga – se está desquitando el cabrón. – A ver si el agua fría te quita lo caliente – suelta mis muñecas cuando lo empujo, pe

i somos tan b

idas, grandes caderas y nalgas que me esforce por tener en el gimnacio. Todos estaban detrás de mí en mi s

pero fuera de ella, eres un

as un pan de Dios

a que solo bu

nque estoy desnuda ante él, no me toca, pero si me mira con morbo y sé que se está controlan

tiende una toalla, y es cu

otra cosa – Rafael mira su erección y me mira a mí. – Lo

a y me follara como tanto me gusta. Él toma su miembro en sus manos y se m

rándolo y me esfuerzo por no ponerme de rodillas. Rafael se corre, gimi

para esto, sin embargo, tú estás chorreando y d

baño como

á caer tan fácil. Ya viví cosas peores como para

muslos. Me voy a su cama y terminó de secarme los pies y el cabello. No dice nada de nuevo, solo siento su mirada cada vez que me muevo o cambio de lugar. Él sal

r – dijo sin mirarme. –

ertas, sabe que no tengo bragas y que me

o no me iré – d

me mira a la cara porque si baja l

– sonrió mirándolo. – Y ya que no

tengo cosas

suspire. – Nada de lo que hagas

se acerca y me da una cerveza.

, atrapandolo con mis piernas. TomĂł

porque solo tú me tienes chorreando – quitó su

ipo y aunque ya me invito a salir, no lo quiero ahora, quiero al rubio de ojos azules que está cocinando

n de Rafael, hay otra puerta cuando la abro, me doy cuenta de que es una armerĂ­a para Ă©l, hay algunas cajas, mi curiosidad es gran

comprendo porque tiene todo en orden, limpio y es algo estricto en algunas cosas. Tiene entrenamiento. Veo fotos de él más joven, hay dos niños con él, uno tiene colores llamat

chando por el paĂ­s. Genoveva y yo te mandamos abr

onces. ÂżY porque ten

? – su voz me asu

o no querĂ­a fis

las cosas, metiendo todo

l lo si

– me tomó de la mano y m

era eso. Ahora tengo muchas preguntas, dudas, que me t

tomar asiento, pero Ă©l me obliga a s

o entre mis piernas. – Come y dame de come

e, mientras yo tomĂł un pedazo del pescado frito con

por favor no tarde

cab

boca y... Dios, esto e

ese momento siento su mano abrirse pa

brir mis pliegues,

ta – digo

unta sus dedos de mi humedad, mientras yo

ÂżQ

que más – sonríe, rozando

stá delic

entamente sobre mi clĂ­toris. Quiero gemir y abrirme de piernas, p

todo residuo de sangre, después lo bañe en vino blanco, con ajo y limón, mientras lo dejo marinar, corte verduras que puse al vapor unos minutos –

ita y vuelvo a comer. Pero aumenta el fren

tás escu

ndo tomĂł un trag

dejĂł como 20 minutos y lo sacĂł con todo y verduras, aparte hago un aderezo de pimiento y crema que le da el toque final a

– j

Âżte g

e g

nzo a gemir cada vez más fuerte y entonces me corro. Mi cabeza queda en su hombro, respi

su boca, saboreando mi sabor. – C

sonriĂł com

da en su

de come

ace un gesto diferente, le gusta cĂłmo quedĂł su comida y la verdad es que sĂ­, estuvo delicioso. Su forma en l

ienza a sonar, lo toma y responde después de ver quien

o, es hoy ¿no? – no deja de mirarme mientras habla. – Iré preparado como siempre –

léfono sobre la mesa. Terminó

tengo que ver

a cambiarme de ropa – digo sin bajarme de

do. – Solo ropa norma

irse, lo tomĂł del cuello y lo besĂł. No me iba a que

Natalia – susurra

tuo Rafael – sonrió ac

pellizca mi n

, cuando regresa, lo veo con pantalones rasgados, una playera

rándolo. – Te ves sexy e irresistible,

muerto – me sonríe. – Oh porque de veras qu

traje negro, camisa blanca, gemelos con tus iniciales

Nat – besa mi f

****

ato sobre mi vientre, Rafael me toma de la mano, me he dado cuenta de que cuando vamos a lugares asĂ­ me toma de la mano

o? – se burla Pablito

sin soltarme la mano. Quiero reir

os ar

ubimos las escaleras veo a varios hombres armados, no me intimida ni me sorprende, he estado metida en este mu

cas muy drogadas bailando, hay otras de rod

dice el hombre que t

ablito. – Él es R

por favor to

me jala para sentar

ras una mujer se acerca con u

par de pastil

dice Rafael, apretando

uy

o, las "pirulas"

muy buenas Âżla

as después – dice mirándolo

para la violacion. Es básicamente una combinación de todas las drogas y un poco más d

or la que estamos aquĂ­, Rafael bebe y se droga como sie

dor? – dice Rafael. –

n Europa, ahora está en Marbella, después irá a Londres

o es porque no quiere que el mercado negro

icar? ¿Cuál es el pro

los de confianza la pueden traficar y y

s dos, Rafael me sonrĂ­e y

e mĂ­, quisiera hacer gran

lo diré, per

Ăł con Ă©l, vuelve a tomar m

leta y Rafael conduce hasta un bar que está cerca del muelle, entramos y veo que

r la droga Âżverdad

iga tiene su propía droga que está vendiendo en el merc

líder de una mafia está haciendo sus negocios directamente? Eso significa

este bien formada, debemos acabar con ese idiota. Por su puta droga

ura – sonri

eso que me dij

6 años – lo miró. – Sé muchas cosas y el mismo

e. – Me gustaría verte e

o aseguro – acar

ontarle anecdotas divertidas de mi carrera, cuando era pasante. Me encanta verlo reĂ­r, parece como s

playeras. No me toca, no hace nada, solo se acuesta a mi lado y yo no q

hacer que me mire o repita lo que hizo en la cocina mientras comĂ­amos pero no lo hace, no me besa,

iéndonos o hablando como personas normales y al otro momento estamos discutiendo e insu

se enfureció y no se fue a ningún lado. Me encerré en su habitación, me puse lencería blanca y salí justo cuando escuche que entró en la casa. Puse música y es

que me sentaba frente a la c

hora de que yo consiga mi propio placer – sacó un vibrador. – Y lo

stás en mi puta casa,

brá órganos disponibl

secĂł. Sabe que digo la verdad.

dejan casi hipnotizado, moviéndome sensual al ritmo de la música mientras voy despojando de la lencería, pasando mis manos por mis senos, estrujandolos, p

to será tortura

o como me tiene. Meto tres dedos dentro de mí, gimo fuerte, y comienzo a meter y sacar mis dedos, escuchando como me encharco más, Rafael ya tiene su pene fuera, du

pechos, estirĂł mis pies hasta tocar su rodilla. Y gritĂł su nombre como sĂ­ Ă©l fuera quien

ada en sudor me levantó como si nada, como si las piernas no me temblaran y me voy a la habitación, dejándolo para que limpie nuestro

tán cerradas y las cortinas igual, está prácticamente oscuro, entonces veo a Rafael entrar por la puerta trasera. Tiene una bol

Raf

o la casa con llave, nadie saldrá ni entr

or q

ad, y saca algo de la bolsa de papel, veo que son un

afa

nombre, que el día que mueras seguirá la

cinturĂłn contra el piso. Me pone contra la pared, levanta mis caderas y pasa la punta de su miembro por mi sexo

azota mi culo y vuelvo a gemir fuerte. Mis manos están detrás mío, no puedo hacer nada más que gemir y bufar. – No somos pareja, no somos los mejores amigos, eres mi perra y yo soy el tuyo, así de simple.

ora follame, Rafae

s... pero as

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