a Ar

eso, que los negocios los hago con él, pero como pronto se va a retirar, dejará todo a su hijo. Entramos y le dije a la recepcionista que los Ferrara nos esperan, ella sonríe y nos guía hasta la m

saludo cordialmente a Franci

ra mi saludo pasa seguir babeando por mi asist

levanta de su lugar para acercarse a ella y tomar su mano depositando un

a, soy Juan Carlos Ferrar

. – dice un p

ancisco. La mujer que acompaña a su hijo no h

istente. – ella me sonríe con

– dice extendiendo su mano, l

lo que pedimos la cena, hablamos de la publicidad para sus nuevos neg

aparecer, así que nos despedimos y la tomé de la mano para salir de ahí. Pero no si

pasó. – digo y ella me

habla? – t

ncisco, es un idiota

que siempre habrá personas

digo tomando su mano entre las mías, veo que se sonroja un po

o. – me disculpo y ella no dic nada. Subimos al c

ero muero por tenerla a mi lado, besarla y hacer el amor con ella. Bajamos y cada u

Harrison. – dice con

sonrío levemente, y cierro la puert

unión informal con los Ferrara, y no quiero que el imbécil de Juan Carlos se le acerque a ella o no responderé. Cierro mis ojos y la veo a ella

sigui

a abro, veo a Annel que tiene los ojos muy abiertos y la miro sin entender de su expresión, y recuerdo que no llevo nada puesto en

i quería ir a desayunar. – dice mira

usted a mí. –

el restaurante. – digo

o, no la recibía así. Me cambio y bajo, entro al restaurante, la v

– digo con una

ando a otra parte, creo que nunca se im

? – digo y ella ni

de y la tomo rozando sus dedos c

– digo si

anta verla así de t

a An

n el sr. Harrison, yo sólo lo fulminaba con la mirada, él se ha dado cuenta de que me la paso suspirando por mi jefe, pero estoy muy consciente de que nunca se fijaría en mí, o al menos eso pensaba, siempre

ás que una relación laboral. El sr. Harrison estaba tan furioso por las miradas del sr. Juan Carlos, que se despide de todos al igual que yo lo hago, pero antes de salir, ese par se acercan a nosotros tratando de intercambiar números con nosotros, pero el sr. Harrison los ignora. Se disculpa por lo ocurrido, le dije que no

, lo veo de reojo y lo noto un poco frustrado, al baja

Harrison. – digo con

– se despide también y me sonr

amable, me hace sentir cosas que nunca había sentido, ni siquiera con el idiota de mi

o él. Estaba tan concentrada en mi propia batalla entre deseo algo con

aludo tratando de co

. – me saluda

lamada? – pregunto

o te va con tu jefe. –

– digo resoplando

que tú digas. –

o descansar que mañana me espera ot

blas. Descansa. – nos desp

más en mi atractivo jefe. Después de salir, me pongo mi pijama,

ana sigu

ubra su torso bien trabajado, al verlo así me puso muy nerviosa, se da cuenta de mi shock cierra la puerta y la vuelve a abrir, ya tiene puesto una playera, me disculpo y le dije el propósito de mi visita, lo veo apenado y me dice que sólo se cam

rta para que pida su desayuno, pero al tomarla roza sus dedos con los mí