su madre lo apretaba contra su pecho y mantenía la mandí
sto a tu nieto! -gritó finalmente la mujer, g
ión, su título de "príncipe" le ha sido retirado y tú... -se acercó a la mujer y a su nieto -, después de la decapitación dejarás de vivir y pertenecer al castillo, pero a Henry
también! -lo retó la mu
do el lujo con el que siempre soñast
e los presentes, el rey apenas hizo un sonido afirmativo y la puer
a señora Leonor y el niño -
a Oliver -demandó el Rey Ruppert, m
n su esposa e hijo acá? -lo juzgó y si la mirada del
spondió el rey y se regocijó al ver la
tó fuera de sí y de una forma amenazante s
estás hablando... ¡Soy tu
Anabel le carcomió la rabia, pues la mujer que entró venía con ropas finas, perfectamente
so de esta -. A partir de hoy, serás la ama y señora de este castillo -le dijo con calma a la mujer, quien se
sustó, pero el rey se interpuso entre las dos y agarró a
abrieron dejando entrar a dos soldados de la guardia real, quie
confundido con todo, pues Frederick, el otro niño en el lugar, miraba a todos sin
l lado a su madre -. No te llevarás a mi nieto de este ca
demasiado para un pequeño de nueve años, que se quedó sin padres de la p
nada de la realeza, pues, para nadie era un secreto que su madre había sido una de las concubinas del rey Ruppert y, aunque este lo recono
entras caminó hacia su familia y abrazó a Leonor por su cintura, a
de este momento, empieza tu entrenamiento real -les informó el rey y la pa
refutó Oliver, quien mantenía su corazón latiendo
ar de ojos, la vid
ias lo vio entrar de forma sospechosa en la habitación del rey y cuando fue a ver lo que sucedía, lo encontró con un puñal listo para cortar el cuello del monarca; su hijo Oliver, producto de sus amoríos con una de sus con
r a ser rey, han quedado reducidas a cero. No puedo tener al hijo de un traidor, c
jo Oliver con frustración, pues su vi
í e
testó con un poco de ironía e
.
nca se le olvidaría ese momento y el rostro inmutable de su abuelo, ni el del hijo aparecido de este. Henry no se pudo acercar a
prospecto para futuro rey, pero una vez se desposó a ella, su actitud cambió y la ambición de poder se empezó a hacer más notoria. Le dolía profundamente el final que tuvo su hijo, pero como monarca, no podía dejarse ver débil, pues