tó la reina ante las
todo lo que brilla es oro, mientras tú la consideras una buena candidata
rma en la que su hijo se refería a la jov
virtió y su madre se limitó a asentir, mientras daba una sonrisa incómo
usurró algo al oído y con agilidad volvió a su puesto, junto a su molesto hijo, que no dejaba de mirar con
etida. Su cabeza daba vueltas, sin saber cuál de los sentimientos estaba presente en mayor medida, pero no podía negar que ver la molestia en las facciones del frío rey le causaba c
legado a su final -dijo el sirviente de forma ceremoniosa, pero un poco confundido, pues no entendía la solicitud
a y la joven Selene, que se había movido a una de las esquinas de las mesas, pues quería estar alejada de sus
y fueron hacia sus carruajes, poco a poco abandonar
l y de su hija, quien desde ese momento se quedaría en el castillo o eso era lo qu
ronunció el p
arón -ordenó, creando una co
uestra hija en el castillo -intervino la madr
s -dijo la reina cortante y se dio la vuelta, para
y desconcertada, lo tenía perdido en extremo. En vez de acercarse a ella, por más ganas
algo que incomode a la reina? --
ado en su presencia
dos a la salida del castillo y la forma de actuar de los guardi
ó por ellos y casi hicieron subir a empellones a Selene, quien, desde su llega
reguntó su madre, de forma mor
e lo que planearon de mi vida? ¿Les parece que este era el cumpleaños que
r? -la retó su mamá y después frunció el ceño, sin quitarle los ojos de encima -. ¿Qué le dijiste
ta su casa se hiciera más corto, para poder llegar a
alto y corrió al interior de su casa, porque no deseaba verles más la cara a los señores Russell. Después de todo lo ocurrido, ¿de verdad pensaban entregarla en matrimonio sin tener en cuenta su opinión o sus sentimientos? Se
.
del castillo, antes de que el pueblo despertara por completo. La reina, su hijo y dos s
portunidad de escaparse sin ser visto, ni buscado, por lo que corrió a
no precisamente descansando, pues los padres de Selene habían dormido poco al seguir analizando detenidamente lo que había sucedido en la noche anterior y
endiéndose ante la presencia de la reina, el rey y el médico de la corte real. El Barón los miró sin entend
en mi hogar a esta hora? -preguntó, esperando no ser tomado como grosero, per
penas escuchó las voces de los recién llegados, cor
a social de la gran casa, pero que no alcanzaba a ser una mansión, pues la fortuna del Barón se había visto comprometida en gran medid
asa, que no demoraron en aparecer, par
continuar con el compromiso -explicó la reina, mientras su hijo, el rey Frederick se mantenía en
-. ¿A qué examinaciones se refiere? -preguntó, esperando
rey cortante y con un tono tan firme, que nadie fue capaz de r
cer, pues por más incómodos y ofendidos que se sintieran al ver que p
hacer un asentimiento, se encaminó a la habitación de la ch
ertarla y prepararla para lo que iban a hacer, el médico fue entrando y camina
sucede? -preg
iño -comentó su madre y ella
d -le informó Frederick de forma morda
mirando fijamente a Frederick y después al médico, a quien miró con súplica, pues moría de
as no son suficientes para calmar las dudas -refutó Frederick
ue, haberse entregado a Henry en el pasado habría sido su salvación a un compromis
ue tragó saliva y sacó su voz del fondo de su pecho -. Por favor -pidió y ante el asentimiento de la reina, salieron su madre, el re
una hora atrás había visto salir del castillo. Tragó saliva y continuó con su camino,
e algunos árboles, se bajó del caballo y lo amarró a una rama escondida, pues nadie podía
iarse, porque esta se abrió ante su presencia, pero no dejó ver a n
-le preguntó una voz f
tó sin responder lo que
estás h
rió con la mandíbula tensa. Levantó la mirada y se quedó es
nry la miró sorprendi
ría su prometida, ¿por qué hiciste que me acercara a ella y la enamorara?! ¡¿Qué
lla! -gritó frustrada -. Ella iba a ser tu esposa, porque fue un acuerdo que hizo tu padre con tu maldito abuelo, cuando ella nació, pero al haberlo perdido todo, fue asignada a tu primo. ¡Todo nos lo han quitado! -exclamó furio