amantes. Teníamos sexo en su oficina, en su baño, en mi oficina, en mi baño. Una mañana muy temprano fui a la sala donde estaba la f
nos contábamos nuestras vidas, sueños, planes, inquietudes, vacilaciones, todo. Desnudamos nuestras almas y fuimos nosotros sin filt
iban donde su padre, yo me instalab
de viaje de trabajo a Dubái, e
mucho, también aprovechamos
as calles, nos abrazábamos y besábamos delante de la gente
estas con su familia. Yo sabía que nuestra historia tenía fecha de caducidad, y que más pronto que tarde me convertiría e
evo y todo ese ambiente festivo, yo sufría pensando en él, pensando que él hacía lo mismo con su familia, que era feliz y no era yo con quien compartía esos momentos. Mis celos no me dejaban en paz, soñaba con ser yo la última persona que viera antes de d
l aeropuerto y nos fuimos a su departamento. Hicimos el amor
s conversar. Intuí que el final de nuestr
único que le gustaría era estar conmigo y vivir ese amor y pasión que lo ha
inar su relación con ella de la mejor manera posible y vivir este amor que tanto lo ilusionaba, pero cuando llegó a su casa, ella lo estaba esperando para
o el tiempo que ella le había dedicado a él, a sus hijos, y a la familia, él se queda
do muy tarde. Me dijo que yo era lo que él siempr
mposible, pero también a pesar de las circunstancias, agradecía el poder h
de los recuerdos y momentos vividos conmigo. Me infor
oceder, sino que ese mismo. Que esa era una de las tantas razones por haberme enamorado de él, por
én viviría de recuerdos y que era lo mejo
aldecí los tiempos de la vida, nos conocimos tarde. ¿Para qué haberme enamorado de él y él haberse enamorado de mi si lo nuestro nu
olvidarlo y más que nada me iba a costar mucho poder darle la oportunidad a otra persona, pues
del poco tiempo que tuvimos, fue suficiente para hacerlo mi gran amor y ahora me iba a faltar má
a metido en ese tremendo lio, me merecía que me amasen sin pretextos y sin prohib
muy poco de él, solamente cosas del ámbito labor
inmenso que nunca logré llenar. Muchas noches la tristeza me embriagaba y
s amigas, que insistieron mucho. Ellas Margarita y Carola mis mejores amigas, estaban e
llas. Era muy guapo; pero no tanto como Alvaro, moreno con los ojos color café, su cabello o
bamos al cine, a comer a restaurantes y poco a poco se fue metiendo en mi vida y
las, no necesito estar en pareja para estar feliz o
pensara en Alvaro. Había días en que eso m
tas juntos. Mi familia y mis amigas lo querían mucho, mis hijos lo acep
berales o que disfrutaban del sexo. Un día me disfracé para hacer el sexo más entret
vida sexual más entretenida, me rechazaba y d
lvaro cuando hacía el amor con él. Pablo no me dejaba jugar y eso me
abía un evento muy importante y quería que todo estuviera perfecto. Iba c
ro cruzó la calle para cruzarse en mi camino. Frené bruscamente para evitar atropellarlo e instintivamente cerré los ojos y mientras lo hacía, vi q
do abrí los ojos, el perro ya no estaba, pues había corrido al encuentro de su dueña que había llegado cerca
ía a nadie más. Todos los besos, las caricias y los momentos vividos pasaron frente a mí y co
a preguntarle si estaba bien, no fui capaz de mi
dio vuelta y siguió trotando, yo apreté el acelerador y seguí mi camino a la ofic
al todo era en el ámbito profesional. No sabía qué hacía en Chile, pero la
la reunión mientras mis compañeros iban llegando, hasta que no aguanté más y c
áncer y estaba mejor, pero quería volver a Chile para estar cerca de su familia. El seguiría traba
o que en cualquier momento lo vería aparecer en l
imos al sur de Chile, específicamente a Pucón y ahí estuvimos dos se
idea. Pablo se había empeñado en ganárselos y se preocupaba mucho de ellos. Además, era muy generoso y siempre les compraba juguetes, ropa y sal
que yo hiciera lo mismo, de lo contrario se enojaba. Era muy cooperador con los quehaceres de la casa y comencé
s médicos y muchas veces y cad
hecho de ya haber estado casada una vez o simplemente porque sentía que no era él el indicado. Me pedía también que tuv
que me rogaba para que dejara de t
ones de pareja, pero se podría ser que me sentía feliz y tranquila. Pablo seguía insistiendo
ucho. Tenía la oportunidad de conocer lugares nuevos, gente nueva y siempre me daba