ían está grave? ¿Y si no hay solución posible más que el trasplante, así como les dijo el
resión. Su madre nunca soportará eso y él tampoco. Aunque esa traición los sep
las cosas, ellos no son tan diferentes. Lían es uno de lo
n más de cien veces y antes de que
sidad es la catarsis ideal para aclarar su mente
liga a ponerse alerta y sobre todo pensar. Sabe que no tiene más opciones. Llegó
lados cuando entra al salón en la hora exacta. Hoy
-responde Gabriel sacando la carpet
r la cantidad de papeles que va d
pasado. No quiero que pierdan tiempo en nada. Los quiero c
o! -contes
examen y la mente en el futuro -los mira con la
uchan más animados. Gab
iel pudo haber tomado. En el salón de clases e
erminada, regresa a su departamento. Preparar su maleta es tarea sencill
erto, ya que su vuelo sale a la mañana sig
n este país es muy diferente y más preservada que la de Nueva York, el aire está
eseo es vo
r debido a los cambios climáticos re
a de su familia. Más de trece horas en avión y me
belleza que se proyecta ante sus ojos, apenas el taxi se
es de recuerdos inundan su mente al ver la fachada del lugar
pie la escalinata de piedra que serpentea por lo
ardín le confirma que su madre aún los cultiva y los cuida com
el vigilante de la casa hace más de dos décadas, se lev
ico cojeo producto de un accidente de coche -¿Qué hace llegando a esta hora d
con ganas. -No te preocupes por eso. Ya estoy aqu
cho -Contesta el anciano sonriendo, pero algo d
emos que todo
madre que está aquí? -Pr
las llaves que abren la puerta del hall siguen e
algo en su bolsillo, para finalm
ón, pero puede usar estas mientras se queda
a hacia el patio trasero que conduce a un hall q
o totalmente a oscuras a esta hora, pero todavía es de su t
acer ruido, pero un suave sollozo que llega hasta sus oídos lo d
a por unos segundos, tratando de agarrarse
su espalda. -¡Habla de una vez si no quiere que le vuel
r favor? Si no me dejas habl
potente lo alumbra directamente a la cara
iel Norton -explica él tratando de abrir los ojos y
a respuesta del profesor y unos segund
de béisbol en la mano, con el que le pegó anteriormente, y a la defensiva. Gabriel también se pone
das, molesta, incrédula y también a
fuera un ladrón a altas horas de la noche e
abriel por fin logra estabilizar su respiración y tranqu
cuestiona nuevamente Daya
las manos arriba. -Pero creo que es m
ate en mano
irándolo con ojos achinados. -¿Cómo puedo saber si no
la sala, pero prefiere atormentarlo un poco y no dej
-Responde el profesor muy seguro de m
iel nota cierto sarcasm
mi madre -Replica él, e
ión -Menciona Dayana señalando la cabeza de Gabriel. -No cre
o viscoso empapando sus dedos. No se había percatado que el golpe que le dio
paquete de curación haciéndose de puntillas, pero sin mucho éx
a una de las sillas y lo arrima hasta el caj
. Es pequeña, pero tiene una figura exquisita que se deja v
o?» piensa sacudien
a muy alto -le pregunta, pero Dayana se
erencia de altura entre ambos es muy notorio ahora que se encuentran muy d
ro noventa y ocho -le dice Ga
e los taburetes y se acer
me active el sentido del olfato del pro
había acercado tanto a él en estos años, c
él, trastornado por el rumbo inadecu
dice Dayana abriendo una caja pequeña
gunta temeroso y señalando los ob
nte capacitada
gún tipo de inhibidor de dolor para después con
La mujer coloca una pastilla en manos
r -le dice, guardando todo lo que había usado en su
ua antes de coger su maleta del
al menos? -Pregunta volt
esta ella en
-Ella le hace unas señas
asta su habitación o al menos