cidad, por el contrario, caminaba cabizbaja y con los hombros caídos. Pues yacía sobre la joven desde hace ya mucho tiempo un peso, nadie lo podía ver, tampoco lo podían sentir
con emoción cuand
ue te extrañe.– rodeó sus brazos en el pequeño
ijo con un toq
quios para ti.– expuso
ras buscaba a Ma
ndo lo que buscaba.– le pedí que traj
ovencita muy curiosa y moría por saber
r traído el correcto.–
cientos de flores, traje unas para ti pero ya se han marchitado.– hizo una mueca.–¡oh!, también...–dijo para contarle sobre su trato
on gran extrañeza. Ella bien sabía que a A
a pudo notar en aquella sonrisita algo muy sospechoso.– Sabias, que
é?.– dijo aún
, sin ese almanaque no podría un marinero navegar, al meno
esante, alteza.– d
ido muchas cosas,–
puede aprender en tan
ió,– pero.. no recordaba que la señora R
e matemática abstrac
pidamente dirigió su mirada hacia Maria, ambas sorprendidas.– Q
dijo
no era de
ble,– Madre, Las clases con el señor Fontaine no son por gusto,
que comiences a interesar
cesa, es mi deber después d
ra.– dijo María, entregando un pequeño cofre
Este obsequio es para ti, mi querida hija.– es
al detallar el pequeño cofre,– ¿
isma.– animó dul
llaba como el sol. Era una diamante, pero no cualquier diamante, este era de color a
onunciar la joven prin
er la leyenda q
si.– cont
to mientras damos un paseo por
la idea.– di
los frutos de los árboles, las flor
ma,– comentó la reina. L
as sonrieron. Después de un tiempo se sent
detrás de esta valiosa piedra.– dijo la princesa
entras acariciaba el suave cabello de Alice,–...era hija de un humilde campesino que dedicaba su vida a labrar la tierra. Un día, su p
en bañándose en las cristalinas aguas del río, el joven era un gran guerrero, el mejor de todos, su nombre era Chapt. Cuand
, cada tarde se encontraban en el mismo lugar, ninguno de ellos faltaba un solo día, y dur
mpromiso, y no dudó en entregar su amor sin ninguna reserva. Cuando llegó el día del la boda, Chapt no puedo asistir a su cita diaria con Amiris,
e Amiris se pondría furioso y ordenaría sacrificar a
bandono de su amado, cada lágrima que derramó durante todo ese tiempo la guardo en un cofre,
r la que no había regresado, era la muerte, seguramente su amado había muerto en batalla. Un día, Amiris, no pudo soportar más el dolor, y decidió hundirse
encontraron su cuerpo sin vida sobre un roca en la orilla del río, también le contó lo mucho que ella había sufrido. Finalmente, el padre de Amiris le entregó a Chapt el cofre donde su hija había g
nte. Las lágrimas de joven Amiris se habían salificado, conv
ce con la mano en su pech
a la hija del rey, y ella cegada por la rabia, ordenó sacrificarlo por traició
ía muerto?.– preguntó
ese fue el nombre que le dió al
ria!.– suspiró,–¿C
– dijo la reina
graste ob
e mi estadía, dijo haberlo adquirido en el año 1.650, un comerciante
que inte
la interrupción, pero su majestad el rey la so
- susurro muy bajo la reina.– Di
el joven y dando l
padre.– Alice asin
acia el lugar donde había permanecido sentada junto a su madre, volvió a
voz cerca de ella.
emoción,– Tengo tanto por contarte, no imag
estoy muriendo de curiosidad, ¿cómo es que Lord Fonta
do durante su ausencia. Después de un rato le habí
ue a Lord Fontaine le gustaran las nov
ambién consiste en enseñarle a t
misma risita. Levantó la mirada y pudo ver al joven Fontaine
uál crees que sea la razón?.– dijo en voz alta, lo suficiente para que Alexandre escuchara. Alice, giró la cabeza com dirección al joven.– Ya veo la razón, ¡una lástima, que tan bello paisaje se vea arruinado por personas tan d
un hombre demasiado obstinado, ¿cómo era posible que no se cansara de seguir
amado y continuó su camino.– He terminado de leer el libro,–habló fuerte,–tenía razón usted en decir
ué cree que hace?.– preguntó mirando a su alreded
sted muy amablemente me pre
alguien puede oírlo,– dijo
ataque al corazón si se
clamo en voz alta,–estos libros no se le es permitido leer a una señori
pió Alice,–Quiere
cómo puede pensar eso de
n, usted gana, por el momento.– susurró,–Deme eso
ue gané exactamente.– dijo con i
a acostumbrado a hablar de esa forma, y no era para nada correcto en caballero, debía hacerlo; después d
, no intente imitar mi forma de hablar, sea más original, el ser sarcástico no va con usted. Y en tercer
er cortas, sin mucha importancia, en cambio, la gue
lara la diferencia.– Alice respiro profundo,– cómo estaba diciend
za.– dijo serio, esta vez
es ridícula.– dij
rdo.– concordó
e lo que estaba hablando.–
interrum
el libro que sostenía en su mano,–para ganar una bata
jado de responder a los
– insist
para decir, Lord?,– preguntó con ironía,– Por lo visto no, p
volvió a h
ó a Maria y su rostro palideció, cuando miró a el rey.–Padr
í?.– preguntó el
diendo de cuánto tiempo lleva
rd Fontaine ,– Si me lo Permit
scucho.– conced
versábamos sobre algun
conversación, más
reales, y complejos son los únicos espacios vectoriales, y es completamente falso. En este libro dice, que el espacio tridimensional con la suma de un vector
erto?.– Pre
e las clases, Alice no hacía nada más que ignorar sus palabras, canturrear, distraerse, y dormir.– Había olvid
e decir que haz aprendi
tido en una nueva pasión para mi, demasiado com
l tono en el que le hablabas a Lord
e usted razón, mi compor
el momento, solo quería que le di
una sonrisa.– Padre.. ¿no se supone que debía estar
n buen rato esperando.– reco
xhaló a
arse– dijo Alice roja de furia,– ten
d quien insiste en tener una ac
reclamó Alice,– Soy l
ordarlo con más frecuencia, altez
ó la boca
larme así!,–sobre actuó, p
co teatra
o talento.– habló antipá
tiene.–
culos.–Y Eso es un gran problema, así que, debemos darle una pronta solución. Últimamente he pensado e
sos.–Nuestra situación supondría ser un pr
los ojos tan
isfruta de esto?.– p
s debo reconocer que me divierte cuando se enoja sin ningu
trarle a la princesa, que no siempre es un hombre rígi
lice ofuscada,–¿haz escucha
n silencio, como testigo
o bien.– dijo Ma
ó con la boca abierta de asombro, es
Negó. Su actitud era relajada, y
de decir que
e hacer una tregua.
scucha lo absurdo que es.– dijo muy molesta, m
dad.– dijo con una sut
ice estaba tan furiosa que sus m
sted, alteza.– dijo,– y siendo sincero dudo mucho encontr
ofensa?.– dij
diferente a los d
, dio la espalda y se marchó con la cabeza erguida. Ma
pasillo. Es verdad que desde la un inicio le molestó su comportamien
ía decir que ahora le causaba gracia, y como se
o Maria siguiéndola
tar con tan mala
pregunto Maria casi cor
detuvo,– Acaso no estabas
res a Lor
re, no menciones a ese hombre tan odioso. Es lo peor
bre serio, pero también
ese hombre no tiene ni siquie
n hombre.–
ensó rápidamente que decir, pero no concebía
na mala persona?,
sas, so.. son..– tarta
de Lord Fontaine es muy real,
padeo varias veces para cerciorarse de que su visión estuviera en bu
e la sonrisa de Lord Fonta
cosa es?.– preguntó
re con mucha paciencia. Porque debes aceptar
a,– ahora mi mejor amiga me atac
a.– dijo María, c
berías estar de m
o de quien ti
o la tengo?.– pr
e ambos tienen razón en a
amó con sarcasmo.–En lo poco que lo conozco, no tengo nad
o se atrevía a tratar de cambiar la opinión errónea de la princesa, tratar de hacerlo sería toda una odisea. La mera posibilidad de que su amistad con La princesa se viera en riesgo
in embargo, él no era culpable, solo se limitaba a cumplir órdenes del rey. En fin, lo cierto era que ni
dado una labor muy importante a su querido hijo. Y también ha llegado al palacio
en Par para recibir a una pareja muy querida por el rey y la reina,
o la oportunidad de verlo desde la primavera pasada, cuando Lord Fontaine los visitó en sus vacaciones. A diferencia de su esposo, Louis, que sí tuvo el gusto de verlo hace poco, ya que había viajado a Londres, antes de que el jove
le llevo tanto regalos, espero le gust
o, ahora en un hombre.– dijo el marques
reja de marqueses y Marga, sobrina de la marquesa. También
á mi niño, m
y apuesto.– di
– dijo Louis acomo
un gesto cariñoso.–Me pregunto, ¿si extraña que le cu
le cuentas esas historias,
esas historias para él, cuánto me gustaría qu
s imaginar nuestro Alexandre se casará con una preciosa señorita, y t
lo, los niños corriendo por los jardines de Fontainebleau, y sus tiernas ris
querida.– dijo
ya este interesado en alguna s
– dijo la señor
momento le horrorizó imaginar a su hijo comprometido con una
e aún una señorita en su vida?, o, ¿por qué ya
en especial.- dijo el marqués
sabes lo que significa, pronto tendre
eíble, pero por favor, consérval
da, por supuesto, debo ser muy discreta, no quiero que se s
oda una vida para conocer
ieja, ¡peor aún!,– exclamó preocupada,– qué tal si para entonces Dios ha
ría terrible, tía. No podría conocer a nuestros hijos.– se lamentó. Él señor Fontaine
eso. Disfruta de las vistas.
isita que hizo María junto a la reina al palacio de Versalles. Uno
ta?.– preguntó Al
de Fontainebleau , y su esposa, la marquesa.– contestó,–
pareja de marqueses, y una señorita con vestiduras coloridas. La marquesa se alegró mucho de ver
anto a crecido, es us
e se sea presentada en
endrá muchos pretendien
, ¿qué cosas d
Font
entario, Pero no dije nada que no sea verdad,
a en absoluto
saludó.– Ilustres señor y señora Fontaine, su visita es muy agradable p
tanta formalidad por parte de la princesa, claro,
que ustedes hayan abierto las puertas de
o nunca tan cerca. Fue hace un año en el desfile que hizo por su cumpleaños, sabe, el pueblo la adora.– marga hablaba c
ya le quedó muy claro lo feliz que está
s no puedo guardar silencio y
funta hermana.– dijo la marquesa interrump
e paso, pero nunca se confirmó. La señorita Marga Charpentier, era una buena persona, pero su personalidad era bastante... peculiar, se podría decir. Toda la sociedad especulaba desde ya que sería una futura "solterona", porque no había tenido ni un solo pretendiente, La marques
ocerla, ¿eh?.
– contestó la señor
ntir.– Alice sim
eme Marga, por favo
poco la voz.– su
ida.– interrumpió el rey.– por favor
a, ambas rieron muy bajo, se burlaban la señorita
el salón del comedor real, donde seguramente ya estaban todos. Cuando entró al salón a la primera persona que
, sabía que dicho contratiempo no era más que una excusa, seguro se le había pasado el tiempo cotilleando
no hemos esperado tanto t
inó hasta su asiento, y sin
que combinaba perfectamente con sus ojos. Eso quería decir que Ali
en la mesa,– estar aquí, sentada, en el comedor real, con su majestade
o la reina.– además es
a, seguía con otros tres platos, mariscos, pavo, hasta terminar con cordero con bechamel
se le pueda llamar
o la reina. Alice lanzó u
creo que aquí en Luxemburgo hayan cenas informales, se nota que todo
Perfecto.– comen
uí nada es inform
rvó a su p
si
nta formalidad, después de to
s sociales. Y, sinceramente, estoy tan acostumbrand
mbre, especialmente si se es el rey.– Dijo el ilustr
ca se relaja–
es tan rígido, en eso se
blema, hijo.– dijo el marqués
í.– dijo Lo
una hermosa chica, casarte, y tener hijos, entre más pronto mucho mejor.– Lord F
indicado par
el rey.– Tiene toda
se le ha metido la loca idea de
para reparar en ella.– habló la señorita Charpentier, mirando
pentier eran tan evidentes, que no cabía duda de que estaba