traba en la planta baja junto a recepción,
os eran de un extraño color negro, pero brillantes. Maddie era la secretaria del D
etaria del CEO de la empr
s en otras partes, siendo Chicago, Los Ángeles, Filadelfia, Boston y Detro
l se encontraba e
te has quedado encerrada en el ascensor -coment
quedado encerrada, no ha sido tan malo -respondí sonr
Imagínate que te pasa lo mismo que te pasó hace cin
años? -preguntó una
con el hombre rubio que me h
que nadie en la empresa supiera lo que le ocurrió y que por eso,
ta de uno de esos hombres. Empecé a
entaron a nuestro lado. El moreno al lado de su novia y el h
ntarme o m
-dije con desdén y
de Verlag... e hijo del señor Niklaus Schmidt, dueño
a al plato al saber
ine- que el Presidente de la empresa era guapo y joven
an de mí -dijo Stefan
quí hay muchas de esas -habló la mujer morena. Su novio le dio con
cuidado al hablar -la
-pregunté, volviend
la de Detroit y ahora toca la de Seattle -me contestó él. - ¿Usted no sabrá de a
nte, agarrando la tostada
s su nueva secretaria, K
-le comencé a decir
do que no intente nada contigo... porque entonces, me dará igual jugarme mi puesto de tra
on una empleada? -interrogó
pedante", pensé co
de que mis amigos dijeran algo. - Aún
pienso pasar de la línea roja que separa el terreno profesional con el personal -me dijo Stefan con
tostada, enseñando unos
desayuno. Sin poderlo evitar, cada vez que Ste
imos a sus pues
o. No me hacía mucha gracia, ya que pensaba que ese hombre sólo era un estúpido engreído y más
ento me molestaba. Siempre intentaba no mirar cuando la puerta del despa
no me gusta
despacho de los archivadores, la puerta de cristal que había en
, mientras negaba con la cabeza. No me apetec
pir
ntrado en ese lugar. En este momento, deseé pode
me preguntó Stefan desde la puerta. - Pensaba que despu
seré porque sea mi jefe. Es mi carácter y un hombre que pien
oer -comentó
parte de abajo y no con la cabeza -lo mir