ercara a la estación de metro, decidió caminar un poco, sabía a
ión y ternura, lo escuchó dar consejos espirituales a todos los presentes... y cuando la misa llegó a su fin, luchando contra
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re ella... ella le había impresionado y se imaginaba que por eso, había imaginado su rostro entre los fe
curiosidad. Sin embargo, debía reconocer que... desde el día en que la vio allí, en aquel banco de la
la había visto tan afligida... una mujer tan
nita?, Si, la verdad era que si, y esperaba que eso no fuese nada malo, supo
lles, nunca antes la belleza de ninguna
ar Hobbs?, ¿Por qué desper
ntos, Samuel?, ¡Debes rezar, no d
se marchó a la oficina, quizás un poco de lectura le ayudaría... no pudo concentrarse en lo que aparentaba leer, así que se fue directo a su habitación, tomó una ducha y se colocó su s
narlas hizo nuevamente la señal de la cruz, se levantó y apagó l
o por su frente... abrió los ojos y se sintió desorientado por la oscur
ía sido
esadi
sue
perturbarlo, soñó que ella lo besaba en los
uras se lanzó de rodillas frente a la cama, mientras elevaba plegarias y suplicaba el perdón divino, él era un hombre de Dios, un elegido, como decía su madre, un sacerdote, un siervo de la obra terrena
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ueño, poder apartar de su cabeza la imagen de aquel tentador hombre, anhelaba poder hacer a un lado sus
e a su cabeza y sobre todo a su cue
roce de sus dedos la estremecía, mientras a ojos cerrados se imaginaba las grandes y calidad manos del sacerdote recorriendo su cuerpo, tocando lugares que seguramente serían prohibidos para él... separó sus muslos, permitiéndole a su mano llegar a rozar su femineidad, mientras que la otra mano jugaba c
golpeó con violencia, mientras la imagen del inocente Samuel llegaba a ella como un aliciente a su deseo, impulsandola al placer... con los ojos aún cerrados, desplomó la espalda en la cama, mientras luchaba por recuperar la respiraci
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besó su mano, para luego darle un a
esia-sonrió- pero me alegra verte ho
ndo, mientras solicitaba al personal, el servicio de té. Cuando cada u
sita un nuevo lugar para vivir, de preferencia cerca de esta zona, por la situación del nuevo empleo. ¿Conocerás a alg
eno, querido
quebrantada emocionalmente, todos somos creación de Dios, madre,
do, es el que usaba su hijo para estar cerca del trabajo, al menos antes de casarse. Lo ha tenido desocupado durante mucho tiempo, quizás pueda co
cia ella para besarle la mejilla.-seguramente ella lo agrad
que soy una creyente dis
madre,