la sotana negra, luego la blanca y las estolas ordenadas por color, deja afuera el pantaló
siente al ver su deseo finalmente cumplido. Siete años en los estudios eclesiásticos y dos años del doctorado, son para él un gran logro. A pesa
, su amigo de la secundaria. Aquello le sorprende un poco, pero como buen hijo de Dios que es, jamás po
permitido; y que su imagen llegue hasta él, más que emocionarlo, lo perturba. Toma la biblia de la mesa de noch
os, que no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir, sino que d
o era un niño de cinco años, repartiendo besos en su rostro. Tal como Abel, lo pensó, Serena entra y al ver
aste, hijo. -lo abr
uera de aquí. -contesta sonriend
ngo y tendré en mi vida, porque ni siquiera un nieto me has de dar. Fueron sie
lvides. -la mujer rodea los ojos como un gesto de aburrimiento por el sermón de su hijo.- Otra
a de decirme que hace
e significa la vida como presbítero, mucho menos cuando ell
e fue en
Arzobispo algunas iglesias en Madr
ida -mur
dices,
e asoma a la ventana y desde allí
te trajo a casa? Me ha
a acá se ofreció a traerme. -Abel la escucha en silencio y como suele ocurrir con las personas que ocultan algo, ella comienza a dar expl
re. Todo sea de acuerdo a tu deseo de ser
considerando que soy la madre del sacerdote, debo tener algún privilegio para entrar al cielo -bromea
ellas palabras de su hijo. "si supiera que soy la amante de Jerónimo" piensa y deja escapar un
y no puede atenderle, olvidó decirle que su hijo había regresado e
bel le pregunta a su mad
fuese a su casa un rato. Ya vez que su hija está en la universidad
vez que escogí mi camino al sa
re logró su cometido. Como no pudo lograr que me convirtie
un hombre recto. De no ser por él, y por el diner
con Dios para que le perdonará sus pec
padre. -Serena guarda silencio, nunca podrá olvidar lo que su
dad, de seguro no lo defend