ra cincuenta plazas no sería suficiente. Pasan más de veinte minutos y lo único que escucho son conversaciones aleatorias de todos los concursantes. ¿Tengo algún problema por no llevarme bien
lar. Tan pronto como recojo el dispositivo, llega un cliente a la caja y le doy preferencia. Después de atender a cuatro personas, finalmente logro agarrar mi celular y abrir el mensaje. Señorita Aline Santigo, Es un gran placer invitarla a la siguiente etapa de nuestra selección. El escenario consistirá en una entrevista presencial en la sede de Blanc Choco Factory mañana, a las nueve de la mañana. ¡Te deseamos suerte! Grupo Blanc Choco. Con el corazón latiendo rápido, releo el mensaje para estar seguro y, para estar aún más seguro, salgo de la aplicación de mensajería y me conecto nuevamente, leyendo el mensaje una vez más. ─ He pasado a la siguiente etapa ─ susurro, todavía asombrado por la noticia. ─ ¡Pasé, papá! ─ grito. Con el corazón latiendo salvajemente, me levanto de la caja registradora y voy al encuentro del hombre que es mi héroe. ─ Me llamaron para hacer una entrevista en la fábrica. ─ Aplaudo emocionado, la sonrisa de mi padre me calienta aún más el corazón. ─ Sabía que pasaría a la siguiente etapa. Esta vacante ya es tu hijo. ─ Ay, papá, estoy muy feliz y nerviosa y agitada. ─ Cálmate. ─ Sonriendo, me acaricia el brazo. ─ Felicitaciones. Lo abrazo fuerte y vuelvo a la caja registradora. Tenía que contener la mezcla de sentimientos y seguir ayudando al mercado. Lo dejaré para que se asuste más tarde. Llego temprano a la entrevista. No quiero correr el riesgo de llegar tarde y tener ojos evaluativos sobre mí. El retraso en la primera etapa fue suficiente. Con los nervios a flor de piel, hago un ejercicio de respiración para intentar controlar la ansiedad. La cantidad de gente esperando confirma que estaría como lo imaginaba, ocupado. Este es un lugar donde los empleados y ex-hablan bien, la competencia sin duda será feroz. Sólo tenía que impresionar en la entrevista y conseguir el puesto, después de todo necesito un trabajo. No pasa mucho tiempo y se abre una puerta que grita el nombre de una persona. Calculo el tiempo que tarda el reloj y veinte minutos después llaman a otra persona. Fueron necesarios tres nombres, hasta que escuché que me llamaban. Al entrar a la habitación saludo a la mujer que conocí en la primera etapa. Me siento en la silla que me indicó y luego la escucho presentarse una vez más. La entrevista comienza con preguntas básicas, como mi educación y experiencia profesional. Solo trabajé en un lugar y por eso trato de responder de la mejor manera posible. Louise toma algunas notas en un papel y luego comienza l