te
i piso, a decir verdad, tampoco me interesa lo que ellos hacen, solo una persona es el centro de mi mundo, siempre lo fue, la había perdido, me la habían arr
de sus labios, pero aun así su lengua la sigue tocando, me remuevo en el sillón, y no puedo evitar que un suspiro pesado salga de mí, ¿Cuántas noches la imagine d
e debe sentir, aunque no comprendo por qué, nunca usa tacones, siempre lleva zapatos bajos y por lo que he podido observar en este tiempo solo tiene tres pares y son del mismo estilo, claro que ella no necesita tacones, tiene casi mí misma altura, aun así, no debería sufrir por llevar sus zapatos, me mole
do admirarla, como lo he hecho estos últimos tres años, verla a través del cristal y soñar que algún día dejara al perdedor de marido que tiene, no la merece, nunca la mereció, si fuera mi esposa
acia mí, es su único trabajo, venir a mi oficina
ar? - la veo, y cas
res, deja de ser gris y aburrido, camina con esas largas piernas que en más de una ocasión sueño con
cosas del proyecto. - me pierdo en ese gesto casi imperceptible que hace con sus labios rellenos, cada v
toy tentado a tomarle una foto, sus ojos cafés brillan, y hace meses
razón se acelera, ella lo recuerda, cada año, ella me recuerda. - ¿Recuerdas cuando te hi
que estaba quemado. - una sonrisa estira mis labios,
tel que hacía y tu fuiste mi víctima. - mi amada Elizabeth, si supieras que ese día fue uno de los más felices, porque te tenia a mi lado. - Imag
cuatro personas. - me sonríe, solo a mí, ella me comprende, mi Elizabeth no me ve como
guien que quiera hacer a
pueda ser capaz de hacerle si estamos solos, después de todo, hay algo en lo que nadi
niños. - sus niños, genial o si, Ma
ta de crédito, no escatimes en gasto
, y estoy a punto de lanzarme sobre ella, cu
un poco sorprendido con la visita de esa latina a mi oficina, ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos solos?
da muda viendo a Eli
solos. - por un segundo las veo una al lado de la otra, tan iguales y a la vez tan diferentes, una siempre fue inalcan
nico hijo, camina tan rápido que apenas
carena, ¿
ue este? - le indico con la m
e sin a
sus ojos son cafés como los de Elizabeth, las dos son latinas, pero Macarena es baja y Elizabeth e
cía. - Maca tiene esa mirada d
eso no queda dudas, siempre fue una bomba de tiempo, y el hecho que s
ace pensar que, si no contacta con ustedes, lo hará conmi
ada, no toques ese tema por favor, además los vi más unidos e
decirte que
¿Q
lengua, un digno hijo mío. - rebato con una sonrisa, eso es lo que más le molesta a Baltazar
a cabellera, quitando un poco de estrés. - Eso ya no importa, lo importante aquí es que Baltazar está mal, está sufriendo Mateo, hablé con él y estuvo de acuerdo en pasar unos días contigo, entonces viaja con Hades aquí y luego desaparece,