nutos atrás, y en contra del desacuerdo de su madre
cupado el chico de cabello ru
inegra de ojos oscuros-. Salí de la
ita burlona con que la chica había terminado su ex
o atravieses la calle sin mirar el semáforo -reprend
ecesidad de respetar las reglas de urbanidad -d
ntó el chico cuando la ris
nanda y recibió el abrazo que, ese
madre, ¿eh? -concluyó Alex
. Y, cómo no, si se conocían
de los Marmolejo, así que prácticamente crecieron juntos. Siendo de la mi
llamaban quienes le querían, dejándose caer en su cama, vien
, ella no me quiere nadita de nada. Hoy dijo que, a diferencia de las mad
familia secuestrándote para salir de mi miseria -
odría pasar, por eso le causó tanta gra
ás-, pero, para eso, necesitas a alguien que quieran en s
spués de todo, Regina era su m
le importancia a algo que la destruía lentam
se caer cerca de su mejor amigo y su único confi
ás, no es por ti, es por la señora Regina. Ella puede hac
r mal a la morena; pero era imposible que ella no se sintiera mal, much
po de su amigo-, de no ser por mí, estarías terminando
zó a la morena
spués de besar la frente de esa que en se
su alma no se fue del
ue la sostenía en sus brazos como buscando obtener la fuerza que necesitaba para seguir con s
reguntó Alexander, dej
nda s
ingo sí. Habrá una tocada e
na destellante sonrisa, Fernanda guiñó un ojo a su mejor amig
uides -declaró convenciendo al hombreci
s o Punks? -preguntó Alexande
-. Es un evento intercultural. No necesitamos apoyar
vió la cabez
ella te diga -advirtió el chico
alsa preocupación alimenta mi malnutri
que no la quería nadita de nada, y no la culpaba, Regina podía ser demasiad
x -dijo la morena al ru
repitió el mencionado y s
a años enamorada de ese chico, pero ella no le daría más problemas. Ser sólo su amigo había logrado
el caso, eso les había hecho mucho daño a ambos. Así que Fernanda no se arriesga
abía que no era correspondido. Lo que más le convenía a ella era alejarse, pero, después
después de haber recibido lo peor de la familia de ella, continuaba a su lad
ella podía con ese amor no correspondido por mucho tiempo más. Además, no quería ni podía perder e
cerca de media noche, llegó a su casa para enco
etiste? -preguntó Reg
mportara -mus
ven que no esperaba tal respuesta-. No es digno de una señorita dece
una maleducada -respondió Fernanda, riéndose
s un
mucho sueño y no quiero escuchar una cantaleta que ya me sé. Ahorrémo
llegó a esa hermosa habitación a la que estaba comp
casa era de esos padres que no la querían,
dejándose caer de espalda para mirar un techo que no limitaba su imaginación, que no limitab
las cosas, ella deseaba ser al fin mayor de edad para poder sentirse un poco