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las que no podían tener. Yo pertenecía al segundo grupo sin duda. El grupo de mayor frustración. Tanta, que tenía que ir a satisfacer mi deseo con ilegales
do siniestro y podía nombran un largo etcétera de porqués en los que se enc
nto para verla danzar con otros, para oler su cabello cuando su hermano me saludaba llevándola del brazo y m
portaría a un amante perverso como yo y no había chance de lograr ser su esposo por
sos pechos tiernos que se adivinaban arropados por sus vestidos c
manosear la carne de sus nalgas mientras mi lengua se hundí
sfecha, mi hambruna más sag
na a muerte porque sentía que moriría de tanto pensar en lo
necesitas al
aría a la boca para aliviar mi tensión mientras otras dos bailaban frente a mi que imagina el rostro de mi princesa e
otada sin derecho a penetración -mascullé tomando su pelo e
rme dentro y hoy solo quería pensar en mi dulce princesa. Vaciar
que a nadie. Su hermano y su esposa ya estaban siendo protegidos pero ella, mi ducle niña me necesitaba y aunque sabía que tendrí
is términos y los suyos eran simplemente que la vigilar
trabajos y su hija, estaría a mi lado, delante de mis ojos hasta para
do me dejaba pensando su tal vez ya no podría hacerla mía nunca jamás...y entonce
ue la llev
e día supe que era ella sin duda alguna la única