er sent
lo apunta junto el
ué no ha
No soy mucho de hablar con gente –explico, y levanta la cabeza sorprendida –, llevo añ
s manos en sus mejillas –. Debo parecer estú
mira unos segundos entes
onrojar a chicas
ra favorita? –se ap
lo, pero al ver que as
risas y ahà vuelve, se muerd
unto leyendo el p
cisi
a resi
murmura jugando
recargo contra el respaldo de la s
re
ber cosas de ella, y la sonrÃo aclarándola que la necesi
virgen
a que no lo fuera, está buenÃsima, y si fuera cualq
clama y deja caer sus mano
nena, no s
lo soy
iremos otro dÃa –sentencio y
que hacerlo,
haremos, no
ra estar en el reformatorio? –cuesti
edo parado mirando su escote resalt
ra cosa es que
é hic
arme que probablemente me lleve una hostia acerco mi cara a la suya, disfrutando de su olor y de su reacción ante
dre –respondo
ndome solo a los ojos. Sube las piernas lentament
–ladea la cabeza
labios –. Era un cabrón que se lo merecÃa,
para que llegar
us ojos parecen tenerme miedo, pero la forma en que inclina su cuerpo hacia delante me dice lo
a mi madre de una manera que nunca debió hacerlo –escupo las
gue preguntar con la
su c
fesar que he asesinado a mi propio padre, pero consigue separ
escuartizarÃas si
arÃa con tu cuer
lo impidiéndome verla, por
ales del re
as que cumplo
irarme con las mejil
enes
o, pero no n
ncima de la mesa –, sé lo que es tener un solo amigo y que cuan
go solo me lo tienes que pedir, n
a mi hombro
que no lo eres –se corrige al momento –estás bueno y eres mu
agas Is
bio, dándome unas ganas tremendas
nas de follarte descontr
za en otra dirección evitando mi mirada, usando as
a sentar en su sitio –. Tenemos biologÃa y la última es historia, pero los primero
hombros y muevo mi mochila a la mesa de atrás –
ente para guardarla en el bol
odos dicen que eres el peor de los sie
e lo que ellos digan sobre mÃ
puesto atrás y obligo a Isis a dar
habÃa esta mañana contigo? –pregunta, y apo
S
tá en el pr
S
r? A nadie le gusta estudia
llevaba tres putos años sin salir de allÃ, y p
es cuando has sacado el cu
ladamente con miradas cómplices. En pocos minutos están todos sentados, y una señora baji
una mirada desaprobatoria de la profesora y el resto de miradas de los alumnos mientras me quito la chaqueta, dejado a más de una mirándome los
scucho un susurro, y rec
momento golpea con fuerza el estómago del g
a ventana. Tengo el pelo alborotado, y mis ojos siguen s
rÃe la morena, y apoya su ma
asegura irguiéndose y cog
io y sonrÃe matándome por de
se pone de puntillas para darme un beso en la mejilla, y otro a
ima –suspira ElÃas –
e coloco la mochila y tiro de la pe
el coche patrulla con el policÃa de
queda
a sonrisa falsa al meterme en el coche bajo la mirada del o
meses para los dieciocho y mi condena se cu
erÃa una opción, pero no creo que a
vieja todav
que es mi abu
ntitud, como si no le importara tardar u
Isis ¿Qué te t
, hasta el moment
con una rubia que joder... t
y me carcajeo al ver las
o, camino sin preocupaciones dentro de la
ase. Vuelve a ponerse de puntillas como hace apena
l suelo y me apoyo en la me
egunta, y juega con s
me muerdo el labio al ver su ropa de
de valores éticos nos deja quedarnos en los recreos para avanzar con el tra
ien, lo
n pasos temerosos y dirige la vista a su amiga –El viernes no me pases
s que decir el jueves? –alborota el pelo
ción, si no te alteras por darte poco t
co rubio saluda y traga saliva al verme. Enarco u
emos cuando em
coge el brazo del friki
de pasta y levanta l
–sus
ida si sigo con mi actitud de mierda, y estiro una mano en su dirección. La mira detenidamente unos segundos,
ael, Azael, te presento
la mira con la
ltar con que soy gay? –e
unas preferencias sexuales como las tuyas –entrela
ose a los morros de su novio para darse el lote. Cojo las caderas de Isis, que estaba distraÃda leyendo el póster que colgué ay
dos dÃas, en cuanto salga del reformatorio te
iado roja y con las manos intentando taparse las mejillas. Me sonrÃe y camina a
tendrÃas q
ombros y sonrÃ
cr
decirte que no? –
que n
pequeña sonrisa que amena
dos te temen, tu nombre
sÃ, sin duda e
buen rato, a pesar de ser el centro de atención de unos cuantos parece no importarla, solo
aciendo algunos ejercicios que no sirven para nada. No pasan muchas cosas interesantes, solo algunas bol
a porra en el abdomen: ‹‹Si quieres que algo te salga bien en la vida,
a más rápido pase todo mejor, quiero volver a dormir, y poder tener por fin una jodida casa con un
el trabajo. Recorro la distancia que nos separa y me siento a su lado int
irme en la entrada de algún supermer
gunta, con esa sonrisa qu
T
leva un mechón rebel
uál es tu
te en
isa en su vo
fÃcil, los amigos no
itarlo acaricio su clavÃcula haciéndola estremecer –.
esar de todo por lo que la haga pasar, porque he de ser sincero, ella me atrae demasiado, y sé que por consecuencia de
nal –escucho
habÃa acercado demasiado y la s
gúnt
uieres más e
ilidad que no esto
algo, como que es mentira o una broma, per
res enamor
no deberÃa explorar, pero aun asÃ, sabiendo qu
ti no me
pequeño rubor se hace presente por toda su
gas eso!
a hacerte ruborizar, s
eza antes de volver a coger su
úntam
u ho
. Es una de las mejo
trasera de mi cuaderno, y apunto
re el dÃa sei
¿Qué tiene
el reformatorio –sonrÃo y le a
é habrÃa de
s habremos besado unas cuantas ve
ma de la mesa con la dirección del reformat
falta que conf
rena anunciando el final del pr
do toque y baja la cabeza hundiéndola e
cosas como si fuera gilipollas y no supiera contestarlas, pero que sin embargo contesto mejor que la mayorÃa de clase. Observo a Isis y empiezo a numerar veinte cosas sobre ella. 1) La gusta la música, 2) Es sarcástica, 3) Si
egundos que quedan para que empiece el siguiente recreo, dónde
, siete, seis, cinco, c
llos e incluso el profesor, y solo queda el friki de Matt hablando c
einte cosas sobre la ot
quedan quince cosas sobre ella, y estoy dispuesto a
alando el cuatro. Asiento y
manos y empiezo a escribir cosas sobre mà viendo a ella escribir sobre ella misma en mi pap
saca los cascos de su
si
¿Q
iéndome entre sus piernas. Joder, no recuerdo haber dado un beso como este nunca. Ahora entiendo por qué no es virgen. Su lengua juega con la mÃa, y a pesar de conocernos de hace dos dÃas me tomo la confianza necesaria para meter mis manos dentro de su camiseta. Siento su piel erizarse ba
brate –l
rriblemente atraÃda por ti –admit
tam
malo –sonrÃo, y la apa
? ¿Por qu
erdad? –acerco mi rostro al suyo, viendo su vista desviarse de mis ojos a mis labios constantemente, se humedece los lab
M
oy un salido de primera, pero ya me la imagino desnuda y debajo de mÃ, gimiendo y gritando mà nombre mientras se corre. Saco esos pensamientos de mi mente y con mis manos en su nuca la pego más a mÃ, intensificando el beso. Nuestros labios se mueven en un baile bruto y sensual que nos calienta a los dos, mientras que nuestras lenguas se
ecir una pal
en un intento de calmar su respiración, p