Tiene los labios rojos e hinchados y me imagino los míos iguales. Sonríe tímida y se levanta de encima de mí bajo la mira
rme con extraños ¿Sabes? –dic
o un extraño –la corrijo
y se pierde entre los alumnos camina
s por la mañana, último día de la semana. Al parecer son tan gilipollas por aquí que no se dieron cuenta de nuestra fuga del
por fin mañana podremos despert
olla en la ventanilla del coche patrulla aprovechan
los nervios. Tenemos que correr hacia el instituto nada más nos bajemos del coche, porque los
a mano por el pelo que le cae sobre los ojos por tenerlo moj
lo hagan. Te van a comer vivo cuando me vaya, mac
icía nos da unas palabras antes de abrir lo
coches, pero mi vista recae en la morena que lleva esta semana rondando por mi cabeza, lleva
ón c
que se moje más estando fuera y esperando a que todo el barullo pase. La coloco delante de mí y empujo a algunos, porque otros directamente se apartan de nosotros sin necesidad de que les diga nada.igo, revolviéndome el pelo con inten
pero en mi defensa diré que nunca he hablado con una persona cómo él –, y sí, s
ue esto la gusta, quiere que la bese, y más de una vez ha sido ella quién me ha besado a mí. Sube las manos por mi pecho y desabrocha mi chaqueta de cuero para poder meter las manos por los lados de esta en busca de calor. Es
arme de ella y ver a unos cuant
ando las manos contra mi camiseta. Vuelvo mi vista
mirarme a los ojos puedo ver su maquillaje corrido, bue
r debajo de sus ojos y le enseño el c
llo contrario, dónde están las clases de los de primer y segundo año. Nos miran curiosos,
de hombres, y sin más, la empujo hasta el de hombres y me meto con e
pero se la escapa una risa –
pasos hasta estar detrás de ella y apoyar mi cabeza sobre la suya, juntando nuestras cad
ngo que ir a por ti el día seis –cambi
ado, así que procura que un polic
¿P
y cojo su mochila del lavabo
el camino hasta clase, aprovecho que el profesor no ha venido todavía para descansar unos minutos hasta que llegu
verle dormir en mi clas
pingüino, delante de mí. Me mira de brazos cruzados y con el ceño ligeramente
no me mires, fija la vista
l mirarla está aguantando la risa co
clase, no su
, si esto fuera mi cuarto ya habr
ora se posa en la Diosa que tengo al lado; se ha puesto la capuc
la hace gra
se el labio. Sonrío y bajo mi mano a su muslo, dánd
voz demasiado aguda, y las risas
corrige –. N
con un tono de voz qu
r, ¿Me toma us
intentando no reírse, y la profesora
con la cabeza gacha,
sus andares raros hasta su escrit
s y solo yo la escucho. No tengo muy claro en qué hora estamos, pero me da i
hora
inutos para e
ie
puedo salir al patio con Elías y
a me rozan por el miedo, así que me es más fácil encontrar a Elías y a Roxana. Casualmente están apoyados en la puerta de su clase esperándome, y sin más me p
o del asco ahí den
bo de d
de metal. Roxana no tarda en sentarse encima de las piernas de mi amigo, y un grupo de chi
as paredes. Las mesas están desperdigadas por el sitio amplio, y esto ya está abarrotado con las personas caladas hasta los hue
s cuatro chicas que se han sentado libremente alre
. Es una puta mierda, pero a ellos les gusta. Él solo la quiere pa
urra a mi lad
sita calor para tocarme el brazo. Sonrío de lado y mi
fo
la voz me sale in
o después sonríe maliciosa y se pega má
ntas veces, y sin abrir la boca me levanto de la silla bajo la mirada de los de la mesa y e
as clases, y al estar dentro la chica suelta el paraguas
y secretaría, y acabamos subiendo unas escaleras hasta el segundo piso,
dome en un cuarto de limpieza. Tiramos las mochilas al
ra chica... Isis, se llama –ja
¿Y
piernas, y la pego a la pared bajándola los pantalones ajustados y las bragas de a
es y sin calzoncillos mientras sus manos me la menean con fuerza. Me deleito con el placer que la morena me da, y beso su cuello mordis
c –g
primo la risa. ‹‹ ¿
se, mientras pueda meterla me vale. La estoy utilizando del mismo mo
te a atrás con lentitud. Cojo su cabellera morena y la obligo a mover la cabeza más rápido mientras muevo las caderas y que me la chupe más. Pasa la lengua repetidas veces por mi polla a la vez que sigue moviéndose. La presión en mi polla aumenta, y suelto un gruñido al correrme en su boca. La morena se levanta y se limpia los l
ás cuidadoso ¿
no l
el condón y lo tiro en laguna parte del pequeño espacio. Se apoya en la pared
so la mano por el pelo co
hacia mi siguiente
con las manos en los bolsillos hasta la clase. Algunos han decidido quedarse ya aquí en l
mi mesa del fondo, solo, y veo entrar al resto de estudiantes con la ropa y el pelo mojados. Hay algunos que entr
tando no llamar su atención y que parezca que no llega tarde. Cor
entregarme el traba
me levanto del asiento cogiendo la hoja
on la clase, Azael –me alienta
lica que no tenga modales o que no
nas miradas encima y me cruzo de bra
a me recuerda a cuando era más pequeño y en mi colegio rompí una por poner pe
lpable de ello, dando con una chica pelinegra que me guiñ
en la mochila y
minando por los pasillos detrás de Isis para ir a educación física. No tengo pantalones de chándal, principalm
–me explica Isis –, después o hacemos cosas li
la puerta de metal para que pase delante de mí, aunque solo lo hag
y me dirijo directamente a las gradas d
–me pregunta la castañ
a dar clase con vaqu
los pasos de Isis seguirme por detrás. La miro alzando una c
como si yo fuera su padre y tuviera q
e la quito de las manos p
imiento, que es a lo que me dedico toda la hora: a mirar su culo moverse mientra
s compañeros? –me reprende el profesor, que más parece u
además de que
uge, y me contengo para no levantarme de
del reformat
to y da una zancada at
er
puede no fuera a decir eso. Abre más los ojos y asiente
r admirando el culo de
imero de todos dejando la mochila de Isis en la grada. Me hecho un sprint hacia el local, y acojo sitio en la mi
el intento de sentarse encima de mí, pero me separo
is al reformatorio? –
la, un pitufo pasa
sas de hacer ejercici
ez Elías, que está m
nrojada al haber sido descubierta, y sigue hablando con la chica que se parece a ella. Yo diría que son hermanas, pero
y –se presenta la morena
n busca de calor. Quito mi vista de Isis, que pone los o
iga
. –se muerde el labio coquetamente y
n la silla deseando ac