y de piso a piso, la habitación podría haber pasado por un ático en lugar de una oficina. Incluía un vestíbulo con caoba retroiluminada, un bar de granito y una amplia sala con su gran
ámbricos y acceso a Internet de alta velo
añana, antes de que el sol hubiera salido entre las nubes. Se había quedad
Diosa del Ol
ña fantasí
ecordando los sentimientos que le habían aprisionado la noche anterior. Se rió entre dientes al pensarlo y se
ta lo interrumpió d
con voz siempre
ría-, hoy hay una
ó, sin estar rea
aparecido inesperadamente hoy y le gustaría tener una reunión. Además, Amatto Enterpri
vez? ¿Estás tratando de hacerte cargo de este trato
ar temprano a las 5 de la tarde y quieren
aría? -preguntó tratando de tener una idea
obre el tema de la plomería en el edificio del lado este y se reunirá con la
cubre cómo lidiar con ese tedioso problema.
De inmedia
fue y cerró la pue
.
a lluvia de la noche anterior había despejado el aire y era agra
a la camarera que
Quería un pequeño descanso de todo. Había traído consigo su libro favorito e iba a almorzar y tomar un buen café antes de molestarse en empezar nada. Ninguno de sus recados era de gran importancia. Tenía que comprar para el c
marera mientras la anfitriona se acercaba
me gustaría la hamburguesa con queso, sin cebollas, por favor -le devol
tomaba nota de la orden. Lu
afuera. Vestido con un polo informal y pantalones, su largo cabello plateado estaba atado en la espalda con una cola de ca
que volverías a estar tan abrumado por el trabajo -le dij
ros y le respondió
errado en tu oficina. ¡Si no supiera nada mejo
él. Ya estaba lo suficientemente flaca. Nunca entendería a las mujeres y sus dietas, una pérdida de tiempo y esfuerzo. Riéndose para sí mismo por su elección de comida, tomó su sándwich cuando algo llamó su atención. Una chica pasaba por allí con un sencillo vestido de vera
a chica le parecía tan familiar, pero no podía recordar dó
preguntó ella co
nte -su respue
, viendo cómo él solo había estado interesado dur
o de peonías. Se preguntó si era su loción o si había estado cerca de unas frescas recientemente. Por alguna razón, le resulta
-Pausa. Sergio dejó de masticar para escucharla mejor-. Bueno, eso puede esperar hasta que regrese, ¿de acuerd
s y leyó mientras comía. Suspirando, notó que la joven volvía a dejar su libro y hurgaba e
nuó atento a la mujer, ignorando el parl
serio? ¡Sin embargo, estoy tan cansada! - Silencio mientras la persona al teléfono le respondía. Ella siguió-: Muy bien. Estaré dentro. Pero llegaré tarde. Bien. ¡Nos vemos! -Colgó el teléfono frustrada-. Dios, no puAfrodita hacer nada sin mi. Ni siquiera puedo tener un día en
te de su mesa, una co
mientras trataba de evocar algún recuerdo que hiciera que pudiera descifrarla. De pronto la imagen de Afrodita llegó a su mente. Se lo cuestionó « ¿Podría serlo? Imposible, Eva tenía el pelo rubio. Est
atención! -la voz de Lorena
¿
o del restaurante, cuando se dio cuenta de que él no lo había notado. Una sensació
ón con su padre y el proveedor de Estados Unid
más -Siguió
-la miró co
y cansando de ser tu botín, Sergio... -y se marchó. A él no le importó, porque estaba
onversación telefónica se
Qu
fro
¿Quié
ndo de llamarte. De todos modos, tenemos u
¡Estuve a
racio. De todos modos, reservó la mitad de la sección VIP y compró tres veces la cantidad de alcohol que solemos requerir para reservar. Dijeron que eso es solo el com
as en
o si eso fuera noticia, pero aparentemente se trata de alguien importante. Tal vez sea ese tipo Sergio Lombardi. ¿Quién
entro. Pero llegaré
s más tarde -le as
¡Nos vemos!
no era diferente al resto de los hombres que se babeaban al verla baila