basada en algunos hechos reales, y que al igual que mis novelas anteriores, esta novela está clasificada +18, por lo tanto, se podrán encontrar con escenas de sexo o violencia no moderada
a cama. -¡Lo siento! Prometo que lo compensaré mañana. -Se deja caer nuevamente sobre la cama, esta vez, dejándose vencer por el sueño, y eso enfurece a Lucia que sale de allí. Observa la comida, y encuentra consuelo en ella. Sacia su enojo con cada bocado sin poder controlarse, hasta que termina con casi todo, para luego sentirse mal consigo misma por lo que acaba de hacer. Decepcionada de sí misma, mira los platos de comida, casi vacíos, y va hacia su estudio, y se centra toda la noche en terminar la nueva colección. Comida y trabajo, esas dos cosas, se habían convertido en sus mejores aliados para sobrellevar la situación con Santiago, que desde que había empezado en Rose Green, sentía que la había desplazado de su propia empresa, y últimamente de su vida. Sin darse cuenta, empieza a dibujar un boceto de su vestido de novia. Y empieza a recordar lo feliz que era en ese entonces. Santiago era tan diferente. Amoroso, y atento. Tenían tanto anhelo de formar una familia. Tener hijos y estar juntos hasta viejitos... -¡Eso es! -Afirma como si una gran idea hubiera llegado a su mente. -Un hijo nos uniría. -Piensa, y se apega a la idea de que eso puede ser lo que salve su matrimonio, pues Lucia no es tonta. Sabe que su relación está en crisis, pero ama a Santiago y para ella no hay ni habrá otro hombre, así que se aferra a sus sentimientos, y a la idea de creer que todo estará bien, si retoma los sueños que dejaron de lado. ... A la mañana siguiente, es despertada por el sonido de su teléfono. -¿Eh?... Si... Buenos días! -Balbucea medió adormitada. -Lucia, ¿aún no te has levantado? -Pregunta Macarena, su mejor amiga, al otro lado del teléfono. -¿No me digas que otra vez te quedaste dormida en el estudio? -¡Mmm! Es que tenía mucho trabajo por terminar... -¿Trabajo? ¿En tu aniversario? -Pregunta con sarcasmo y Lucia guarda silencio, ya que Maca, la conoce muy bien. Han sido amigas desde la primaria, y aunque al principio le caía muy bien Santiago y era su mayor hincha, últimamente le caía de la patada, por la actitud desinteresada y poco amorosa que tenía actualmente con Lucia. -¿Olvidó otra vez su aniversario? -Finalmente pregunta. -Sí, pero fue porque ha tenido mucho trabajo. Últimamente, está muy ocupado con la promoción en medios de la nueva colección. -¡Ja! Con que eso te dijo. -¡Mmm! -Lucia, todo está listo. Yo me he encargado personalmente de todo, porque tu esposo no se cansa de gritar que somos unos inútiles, junto con tu adorable hermanita que se cree indispensable por ser el rostro de la marca. -¿De qué hablas? Maca, sé que Lorena nunca te ha caído bien, y que en este último tiempo Santiago tampoco, pero no hables de ellos como si fueran personas malas. -No lo hago. Solo digo la verdad. Tal vez te darías cuenta si te hicieras cargo de la empresa como antes y no dejarás que él tomara control de todo. -No es así. Lo hace por mi bien. Él prefiere que me quede en casa, diseñando con tranquilidad. Además, no necesito estar todo el tiempo allá. Lo tengo a él, a Lorena y te tengo a ti. Confío plenamente en ustedes. Ya no te hagas mala sangre. Nos vemos luego. Hoy pienso llevar algunos diseños nuevos. -¿Y por qué no vienes ahora? Llegaron nuevas telas y me encantaría que las revisaras. -Me encantaría, pero debo arreglar un poco la casa. Mi suegra y mis cuñadas vienen hoy a cenar, y si planeo ir hoy a la empresa, de seguro no me quedará tiempo luego. -¡Bufff! -Se escucha un gran suspiro al otro lado del teléfono. -¿Por qué sigues insistiendo con lo de ser ama de casa? Ya contrata a alguien Lucia. Tienes suficiente dinero para hacerlo. -Es que Santi es medio quisquilloso, y solo yo sé cómo le gusta todo. -¡Ay no! ¿En serio?... ¿Sabes qué? Creo que colgaré de una vez, no quiero vomitar. -¡Jajaja! -Se ríe del comentario de su amiga. -