volvía el estómago, obligándola a levantarse de la cama con cuidado. Mientras caminab
encontró con una imagen que la abrumaba: una mujer joven, sola y angustiada, con el futuro incierto. Desli
bos sabían que lo que sentían el uno por el otro estaba completamente prohibido, que su amor era imposible. Sin emb
uenta de que su embarazo sería una bomba de relojería que estallaría y destrozaría a todos a su alrededor.
n hablado de huir juntos, de criar al bebé lejos de las miradas juzgadoras. Pero en el fondo, sabía que esa no era una
lmar su angustia. Tenía que pensar con claridad, analizar todas las opciones y tomar una decisión. Pe
n un momento de entrega y desesperación. La textura de su piel, el calor de su aliento, la intensidad d
astimada de esa manera. Y su propio padre... ¿cómo iba a reaccionar al saber que su
lgo en su mirada había cambiado. Había decisión, una voluntad de enfrentar esta situación por d
a sola idea de probar bocado le revolviera el estómago. Mientras preparaba un sim
ilia? ¿Tendría el valor de alejarse de Alejandro y criar a su hijo sola? Sof
zó un cojín, apretándolo contra su pecho, mientras las lágrimas volvían a brotar de sus o
zón le latía a mil por hora. Tenía que hablar con él, compartir esta noticia que los cambiarí
. tengo que