sforzaban por mantener una distancia prudente y evitar estar a solas, la tensión
tener su mente ocupada y alejada de los pensamientos que lo atormentaban sobre Sofía. Valeria,
o a su apartamento, con una sonr
noticia maravillosa! -exclamó,
atención, intrigado po
tó, tratando de ocultar el leve
os brillantes y una so
oltó de golpe, sin poder contener
eron de par en par, y la sorpresa se reflejó en su rostro. Valeria, emoci
ellino de emociones encontradas. Sabía que este embarazo significaba un giro definitivo en su v
expectación, Alejandro trató de esbozar
Valeria -dijo, con voz ligeramente tembl
e nuevo, sus ojos b
una familia, ¿no es maravilloso? -exclamó, sin percibi
ste era un paso natural en su vida. Pero en el fondo, su corazón latía c
e conciliar el sueño. La noticia del embarazo de Valeria lo había golpeado c
. Ella era su prometida y ahora, la madre de su hijo. Pero por otro lado, su corazón seguía
mo podría ser un buen esposo y padre, cuando su alma le pertenece a otra mujer? ¿Cóm
hablar con Sofía, tenía que ser sincero con ella. No podía aceptar el e
a, golpeando suavemente. Después de unos instantes, la
-preguntó Sofía, co
ntensidad, tomando sus
ar contigo. Es urgente
consciente de la tensión qu
ndió, haciéndose a un la
r de un lado a otro, visiblemente nervioso. Sofía l
ia está embarazada -solt
llenaron de lágrimas y su corazón se estrujó dolorosamente. Alejan
andro, con voz temblorosa-. Siento que esto
a, enfrentándose a eso
con un hilo de voz-. ¿Te casarás con Va
ar, sintiendo que su cora
rlo, es lo correcto, pero... -titu
ahogado y se apartó de
rgura-. Te casarás con Valeria y dejarás qu
etrás, sintiendo cómo el
a voz quebrada-. Pero no puedo hacer otra
frentándose a Alejandro con
soy tan importante como esa respons
mpotencia, sintiendo qu
avemente su rostro-. Pero no puedo poner nuestro amor por encima
de él, negando
o vale nada? -preguntó, con amargura-. ¿Acas
sintiendo que las lágrimas
o todo atrás y huir contigo -dijo, en voz baja-. Serí
gamente. Alejandro se acercó a ella y la envolvió en un
ero debo hacer lo que creo que es lo correcto,
a. En ese momento, supo que su tío había tomado una decisi
r sellar el destino de Alejandro y Sofía, condenándolos a