do. No podía creerlo, ¿Por qué aquella inmunda humana
aro
mar
lla
profundo dolor en el cuerpo. Entonces, cuando vió
ómo e
con una ceja levantada –Está grave –respondió y volvió
con fines curativos. Los olores a especias y hierbas fragantes, junto con los suaves movimientos de las mano
y frías, como piedras de río en un verano caluroso. Los paños finamente tejidos y las hierbas aplica
ida, quería saber como estaba la estúpida humana. Se sentía fu
Sin embargo, siempre evitaba el momento para casarse
odo necesitaba un
la mirada. La mujer ni se inmutó, lo conocía desde pequeño. Y medio m
uié
cuerpo a él, y depositó una mano sobre los brazos musculosos. Pud
entó y sus manos recorrieron las rodilla
apa
ello. La mujer no se inmutó ante el agar
os, mientras se perdía en
ada de calor la sacudió, y la sensación de frío arañó su piel. Emi
os? ¿Y cómo obtuviste esa marca? -preguntó Emilia. Kiara no
enti
ro... su mate murió hace muchos
da su vida había tenido extraños sueños. Se veía a si misma, con ropas de épocas
us labios se retorcían, y su espalda se arqueaba de manera incontrolable. El dolor era intenso y súbito, como si sus vísceras se es
r ingresó con una gran mueca en el rostro.
ó haciendo una mueca y res
ama. Levantó la mano delgada y palida de la chica, dejándol
y el rod
muera –murmuró y se lev
y el asintió, emitió una carcajad
umana... merece morir –comen
a hemorragia. Kiara, comenzó a desangrarse
pie sosteniendo una jeringa de emergencia, sabía que podía contener a Kiara para evitar su muerte. Neces
Presionó el cuello de la chica, y la misma comenzó
nzaba a detener su respiración y tuvo que contener el sangrado con su mano.
asculló y e
irarlo, su vista estaba concentrada en limpiar la herida y cauterizarla. Tomó un
acercó curioso, y sus ojos f
rraremos sus recuerdos –ordenó
No me interesa –espetó y
hacha, recuperara su vida. Pero una cosa reco
mó su mano con aprensión, sintiendo que dentro de ella algo florecía. Cómo si