da de emociones inexplicables le atravesó, arrojando tu
cargaba y que, a pesar de su agitación, estaba irritantemente tranquila
ojecido de esta, y la habitación s
onar en las paredes del baño. Extendió s
ve, suave y atrayente bajo la
zo enojar. "¡Tú lo has pedido!", murmuró con voz fría. Luego giró la alcac
canzaron los botones
to siguiente, él la miraba fij
fundos, y se vio incap
ientras los segundos transcurrían
ostro de él. La mujer lo miró boquiabierta, su
eó.
nces
as!
bofe
acababa de suceder, ella se estaba alejando de él
e par en par mientras intentaba
un pequeño animal que inten
tía. Incluso ahora, podía sentir su
entrepierna. Si le hubiera dado allí, probablemente tendría que
pero ni la agudeza de sus rasgos pu
que había vist
Tú
sa? ¿Estás decepcionada? ¿Preferirías que fuera ese h
n sus mejillas disminuyó instantáneamente. Se mordió el
nco puro. El agua de la alcachofa de la ducha seguía fluyendo, y solo
reguntó, obligándo
más fría. Miró a la mujer con un brillo burlón
bitación d
a cabeza brusca
o!", excl
dio dos pasos hacia del
eza cuando su espalda se encontró con la fría puerta de cristal de la ducha, y al mom
erdo, fuiste tú la que dio el primer paso y
más fría mientras el
erca, así que podía sentir su cálido aliento en la piel, y luchaba contra el escalofrío que recorría
iera examinando pieza por
calor que había tratado de reprimir se apo
no a la mente y sintió que sus
abía estado abrazando a
su mente se llenaba de pánico. Entonces giró
que giró la perilla para pon
in embargo, eso fue algo momentáneo, pues en solo cuestión de se
so. Charlene se llevó un brazo a la boca y se lo mor
, porque cuanto más tiempo perma
ba salir
ltó el deseo de tocar al ho
s de que perdiera por completo el último control de su cordura
ristal y dejó que el agua
vaba a la ex
llo se le pegaba a la cara, él n
isión enc
mbre, la habría llevado a la cama
partaron de ella, su corazón
le daría lo que pedía, así que
ante chorro de agua, y luego se puso en cuclillas, con
aja. "Si dices que sí, me encargaré de el
resonaba seductoramente en el baño, y eso la arru
a. Su cara. No pudo distinguir sus
como una cortina
.? Estaba
Arnold. Estaba empapada hasta
old
rable dentro de ella. Charlene de repente abrió más los ojo
ro que me coja cualquier otro homb