Desorientada, se sentó en la cama, escudriñando todo a su alrededor. Por un instante había olvidado dónde
su andrajosa ropa se había cambiado por aquella pijama limpia y cómoda, pero se sentía mucho más ligera con ella. Apenas había quedado a solas en el dorm
enea de mármol blanco con un espejo grande sobre ella. Los muebles eran de madera oscura, incluyendo una mesa, un armario y un escritorio de caoba. Una estantería cerca del v
rte, historia y modernidad, y
fría. Luego de vestirse con un vestido veraniego y zapatillas d
udó Celine con un
mostraba un rostro despejado, sin ningún mechón rebelde fuera de su coleta alta que caía en ondas sobre su esp
eces y aclaró su garga
ías, ¿Señ
en avergonzada por no hab
dulce la manera de pronunciarlo-. T
ermanecía de pie sin hacer amago de sentarse. Celin
no de panqueques frente a ella, y luego ladeó la cabeza mirando a Enzo-.
e que habría hecho lo mismo si se
hasta que encuentres un lugar propio, ¿De acuerdo? -sus orbes grises la
ijo desviando su m
lgo personal? -inquirió Enzo, dej
eline, dedicándole una
lla asintió, y un suspir
mplí veinticuatro
en problemas al traerte a casa si fueras menor
escondía un mechón de su cabello tras su or
te llamas... -di
Puedes tutearme, no tengo problemas con ello. No te
y él se hizo el ofendido, pro
pero al parecer me veo mayor, eh -brome
las palmas de sus manos en un int
con el traje -señaló, y Enzo miró su ropa. Vestía una camisa b
n
-confesó y luego decidió cambiar de tema-. Sé que sería un poco apresurado preguntar esto, pero... ¿es
Él la miró preocupado al notar su rostro de color carmesí,
nos no por ahora -contestó en medio d
ros, y ella asintió con desinterés-. ¿Por qué
sobre ella. Había creído que se trataba de un sueño, y por un segundo había olvidado la razón por la que se encontraba allí. Un pensamien
pción... -bajó la mirada a su regazo, un poco cohibida-. Me encue
ser el único
a casarte? -indagó la jove
mbién te han obligado? -ella asintió, haciendo un mohín-. Esp
e había escapado de su hogar. Pero temía que si no lo hacía, él creería q
rle entregándole mis ahorros, pero él decidió malgastar cada centavo en alcohol, aun sabiendo que tenía poco tiempo para pagar al prestamista -las palabras brotaron rápidamente de sus labios, impregnadas de enojo y miedo-. Me debatí en constantes dilemas. S
capaz de creer lo que estaba escuchan
ación, sino también porque sabía que sería beneficioso para él. Se tomó un momento para pensar en la situación. Enzo tenía ciertos contact
para ti -habló desp
bservó con crec
compromiso está fuera de mis planes -comenzó a explicar Enzo-. Sin embargo, está dispuesto a hacer lo que sea necesario para proteger s
opuesta, entonces
respuesta provocó una expresión d