. Su mirada se volvió seria y tranquila, no parecía haberle intimidado en absoluto. Ento
yó la espalda contra la silla y dijo: "Si regreso allí, me aseg
rada de desprecio que le hacía parecer a un leopardo preparado para atacar a su presa en cualquier momento. Su sonrisa si
lo que pudiera decirle le pondría nervioso o le afectaría. Su mirada se oscureció, revelando osadía en sus ojos. Entonces con una ac
joven que yo, pero ya no es tan imprudente e ingenuo como lo era antes. No debo subestimarlo
. Las propiedades y el poder lo podrían recuperar fácilmente cuando
ntras tomaba tranquilamente la copa de vino tinto que el camarero le había servido. Le dio un trago, y su exquisi
quién saca la carta más alt
a seguro de poder ganar. Solo estaban apostando al azar y tentando su suerte en el juego. Tratando de pone
s, devolviendo el gesto que hizo Brian antes. La actitud de ambos hizo que la tens
sde el principio. Este comprendió de inmediato a Brian y abrió un nuevo paquete de c
eguntó educadamente: "Señor Brian Long y se
pidamente y la lanzó hacia el crupier apuntando directamente a su codo. Tras un breve
se el uno al otro. De pronto, como si se pudieran leer la mente, se moviero
te la lanzó al aire. Esta impactó en otra que acabó en la mano de Eric Long. En ese
an fue tan rápido que Eric Long
esión de triunfo se reflejaba en su rostro. Le dio la vuelta a la
carta que tenía en la mano, solo se limitó a
dad!", dijo Brian firmemente mientras arrojaba con aire despreocupado la carta sobre la me
ación: "¿Ah, sí?". Para Eric el juego aún no había terminado. Su rostro no mostraba ningún signo de derro
una expresión de incredulidad e indignación. Miró de cerca la cara de Eric Long y supo que no estaba b
en silencio, con
bia mientras su mirada se volvía inexplicablemente cruel y llena de desprecio. Enfu
tazo a la puerta por la que Brian Long estaba saliendo y murmuró para sí mis
bargo, esa sensación le duró poco porque, de repente, frunció e