oleada de calor recorría su cuerpo desde el estómago pasando por el cuello y la cara. Frotándose contra las sábanas, Molly se estremecía cada vez que la sensación su
su garganta se habían secado terriblemente y su cuerpo estaba febril
m..
bién golpeada por todo tipo de pensamientos dispersos. Ininteligibles fantasías inundaban su m
había espesado debido a la sed; y apenas consciente, luchó por
o le parecía desconocido. Cada objeto sobre el que posaba l
, su pecho se agitó violentamente y su respiración se hizo más profunda. Estaba absolutamente furiosa, y sus ojos reflejaron lo que sentía. En ese estado de ánimo, intentó mover las mantas y levantarse de la cam
a cama; y jadeando intensamente, escaneó con cuidado las cuatro esquinas de la habitación. Después
s temblaron, y en menos de un segundo ya estaba en el piso, puest
ndo, lo cual la debilitaba aún más. Por otro lado, tenía la vista borrosa, y mir
ose contra la pared, se movió hacia el lado izquierdo y caminó aun tambaleándose. Sin
acha? ¿Una
erio.
o de muchacha inocente, que lu
s cerca de ella; sus ojos se abrieron y gotas de sudor c
. No te preocupes... Na
fuerte, y esta vez reso
ía dejar que el hombre la encontrara y que tenía que escapar lo antes posible. A juzgar por sus palabras, compr
retorcía de ansiedad; se movía muy lentamente, centímetro
eranza en sus ojos, y usando toda su fuerza, logró llegar hasta la puerta. Pero, justo cuando estuvo a punto de tocar, notó que estaba ligeramente abierta, y ahora sin tiempo para dudar, apretó l
todavía jadeando. De repente, sintió una fuerte presión, el
s profundos como campos magnéticos, los cuales la hacían sentir