tiva diferente cuando se trata del amor. Para mí, el "amor verdadero" no es más que una idea romántica escrita en papel, una ilusión que otros viven, pero que nunca he sentido realmente. Tal vez es s
en medio de nuestro caos. Y de ese amor nació mi adorada sobrina, Victoria, una niña caprichosa, hermosa y tierna que ilumina nuestros días. A pesar
dables; más bien, están llenos de sombras y amargura. Mi padre era un hombre involucrado en negocios oscuros, rodeado de armas y problemas. Era un fantasma en nuestras vidas, ausente tanto en cuerpo como en espíritu. Mi madre, por su p
gelical. Tenía una piel tersa, unos ojos grandes y redondeados de color avellana, y una nariz delicadamente respingada. En el lado derecho de su rostro tenía un lunar pequeñ
rado en el suelo de nuestra sala, rodeada por un charco de sangre. Juliana, destrozada, estaba sentada a su lado, abrazando sus piernas y lloran
omienzo, pero en realidad, nuestra pesadilla *p*n*s comenzaba. Con un padre que era sicario, la seguridad y la normalidad eran conceptos ajenos para nosotras. La paz nunca fue una opción. Años
an pasado catorce años desde que tuvimos que escondernos de los hombres que mataron a nuestros padres. Cuando mi hermana alcanzó la mayoría de edad, se independizó y se fue de la c
mbre detrás del reloj, al responsable de nuestra desgracia, juro que lo mataré como al perro miserable que es. A
l vez lo encontré y ni siquiera me di cuenta. En todo caso, no estoy interesada en buscarlo. ¿Para qué? Solo para que la vida lo arranque
n destino que me espera en la encrucijada entre el amor que siento por mi pequeña familia y el odio que alimenta mi existencia. Mi vida es u