al saberlo. Ella seguía creyendo que la ayuda monetaria había llegado de una señora, al punto de considerarla
o un bebé y encima tendría que entregarlo al nacer porque
tir culpable. Y ella solo quería qu
uería abandonarla. De hecho ahora tenía casi siempre un apetito muy voraz. Y eso la hacía sentir extraña. No era el tipo de personas que comía y comía sin parar, ahora supo
olvidar ir hasta el hospital. Pero con tantas cosas en la cabeza era normal que eso le sucediera. N
móvil, pero si respondía a los te
vo una contes
puedas, me siento mejor. Aunque s
iré, mamá. Estaré allá an
legada de otro mensaje se detuvo en medio del camino y volvió hasta
éndole que de pronto sentía unas enormes ganas de devorar cho
e un rato había terminado y pudo empezar a vestirse para sali
co creía que se trataba de algún vecino puesto que esas personas para ella seguían siendo unos completos desconocidos. Se asomó por la mirilla de la puerta. Para su sorpresa encontró a un tipo de esos
entonces? No ten
rir, aunqu
s, ¿en qué pu
ne a traerle esto, es un regalo de pa
nto con Rashid. No podía pretender llevar las cosas bajo perfil
o comprendía su
¿Qué
suizos, tenga. Q
do, gr
s que habían cámaras y ella no se había dado cuenta? No
que le había enviado el mensaje al Árabe y no a su madre. Así que él por eso le envío los ch
lo que
lla
o te gustan los chocolates s
rme esos chocolates tan costosos. Es decir
te eres la madre de mi hijo y debo cuidarte
o lo
sobre lo que compraste. No hubieras ido a comprar una prueba de embarazo, ambos sabemos que desde que estuvimos juntos esto p
s re
do. Ahora tienes una vida que debes cuidar, mi