Para Alejandro, un Ceo poderoso, millonario, atractivo, mujeriego y caprichoso, fue una sorpresa que su nueva secretaria se negase a acostarse con él, cuando todas caían a sus pies. Tal vez por eso ninguna le duraba más de dos semanas, es que se cansaba rápidamente de ellas, sin embargo, Valeria se negó, provocando que él la persiguiera pensando distintas estrategias para lograr su cometido, eso sin dejar de lado su diversión con las demás mujeres. Sin darse cuenta, Valeria se convirtió en su mano derecha y él la necesitaba hasta para respirar, no obstante no reconoció su amor hasta que ella llegó a su límite y partió.
Por Valeria
Hacía 6 meses que trabajaba en Zalco Company cuando me llamaron de la oficina de personal, me presenté enseguida, faltaban 3 días para que se venciera mi contrato a prueba, tenía 2 opciones, quedaba efectiva o me despedían y la verdad no tenía ningún indicio de lo que podría suceder, nunca tuve ningún problema con nadie, mi trabajo era simple por lo que no tuve errores y era bien remunerado.
Me alcanzaba para alquilar un departamento con dos amigas más y comer todos los días, viajar, comprarme ropa y algunas salidas.
Tenía bastante ropa, es que para trabajar tenía que estar elegante y bastante formal.
No era la ropa que solía usar para ir a la facultad y mucho menos para salir, aunque muchas veces me quedaba trabajando hasta más tarde y entonces no podía pasar por el departamento para cambiarme, porque iba directamente del trabajo a la facultad.
Me anuncié ante la secretaría de la jefa de personal.
Estaba bastante nerviosa, no lo puedo negar, no quería quedarme sin trabajo, porque eso significaba volver a la casa de mis padres y no lo quiero hacer, no por ellos, sino porque sería ver continuamente a mi exnovio.
Vivíamos a 2 cuadras de diferencia.
Yo creía que era el amor de mi vida y que yo era el amor de la suya.
Cuando comenzamos a salir yo tenía 16 años y él 20.
Mis padres no estaban de acuerdo con que tuviera novio desde tan chica.
Decían que iba a perder mi adolescencia al lado de alguién que tal vez no merecía la pena.
Yo no entendía las razones.
El primer año todo fue color de rosas, aunque dejé de lado a mis amigas.
El segundo año fue cuando terminé la secundaria y ya no era igual que el primero.
Muchas veces él salía con sus amigos y yo no quería salir con mis amigas, ya me quedaban pocas.
Estaba siempre en casa.
Cuando tuve que ir de viaje de egresados con mis compañeros de curso, lo hice porque mis padres me obligaron, diciendo que hacía 2 años que estaban abonando el viaje y que era mucho dinero para tirar a la basura.
Ahora me arrepiento de no haber disfrutado como correspondía de ese viaje.
Cuando volví, después de 10 días de ausencia, me enteré que algunos conocidos habían visto a mi novio varias veces besándose con una chica del barrio de dudosa reputación.
No lo negó, solo me dijo que yo lo había abandonado por irme de joda y que en todo caso, él hizo lo mismo que yo estaba haciendo quien sabe con quién.
Luego me dijo que se acostó con ella algunas veces pero que no fue nada importante, que lo perdone.
Así lo hice, lo perdoné.
Comencé la facultad y a él no le gustó nada, a esa altura él siempre estaba con su grupo de amigos, incluída esa chica con la que salió cuando yo estaba de viaje.
Mis padres me hablaron durante horas para que no deje la facultad, que eran solo 4 años y tendría un título que me serviría para toda la vida, que no precisaba trabajar, que me dedique a estudiar.
Seguía saliendo con Diego, pero no estábamos nada bien.
Hacía un tiempo que lo sentía distante, cada vez salía más con sus amigos, él no estudiaba, trabajaba con su padre, no estaba mal económicamente, pero tampoco hacía nada por su futuro.
Hacía tres años y medio que salíamos cuando varias amigas y hasta mi prima, me insinuaron varias veces que él saĺia con otras chicas, yo no quería creerles y me dolía que me hablen de él.
Cuando una tarde llegó Emilia, mi mejor amiga, una de las pocas que no dejé de ver, incluso elegimos la misma carrera y estudiamos juntas.
-Tenés que abrir los ojos, Diego te engaña con dos chicas distintas.
-No te dejes llevar por lo que dicen los demás.
-Lo vi, acompañame y sácate la venda de los ojos.
-Si te referís a las chicas que suelen estar en ese grupo, solo deben ser amigos.
-Basta, lo tuyo es una costumbre o miedo y él es un hijo de puta, no podés querer a ese tipo y estoy segura que él no te quiere a vos, ni quiere a nadie.
-No es así.
-Te lo voy a decir directamente aunque te duela, dejó embarazada a una chica.
Recuerdo que me senté, porque comprendí que Emilia no me mentía.
Sentí un dolor intenso.
¿Podía ser tan hijo de puta?
¿De verdad yo no le importaba para nada?
¿Iba a ser padre?
La acompañé, caminamos unas pocas cuadras, había una plaza donde él solía pasar muchas tardes con sus amigos, como si aún fueran adolescentes que no tenían nada que hacer.
Algunos de sus amigos no trabajaban y mucho menos estudiaban.
Otros parecían drogados todo el tiempo.
Casi todos vivían tomando cervezas en esa plaza y no es que tomaban una o dos, tomaban hasta que no se podían levantar por sí mismo.
Lo vi hablándole al oído a una chica, era una morocha preciosa, alta y de buen cuerpo y vi como luego de hablarle al oído, acercó su boca a la suya y la besó descaradamente, en plena calle, o mejor dicho, en el medio de la plaza y delante de sus amigos.
Alguno me debe haber visto y le avisó, porque giró la cabeza y me miró.
Sin embargo, se volvió hacia la chica y la siguió besando.
Quise salir corriendo.
Sentí que me robó la vida.
Me traicionó nuevamente.
Quería matarlo.
Por unos instantes me quedé mirándolo.
Él la siguió besando y abrazando.
Me fui.
No quise volver a casa, fui hasta la casa de mi amiga.
Nos encerramos en su cuarto y lloré muchísimo.
No quise creer cuando todos me lo decían.
La siguió besando, delante mío, ¿Significaba que me había dejado?
Varias veces dudé seriamente de él.
Otras tantas comprobé que me mintió.
Y siempre le tenía miedo, eso no se lo confesé ni a mi mejor amiga.
Era el final de nuestra relación y lo que más me dolía, es lo estúpida que fui.
Me hubiera gustado no sentir nada.
Quería que mi corazón no sintiera nada.
Quería ser de cartón pero mi corazón que parecía de cristal, se hizo añicos.
No fui masoquista cuando acompañé a Emilia, quería demostrarle que se equivocaba, aunque en el fondo sabía perfectamente cómo era Diego.
A lo mejor, íntimamente, estaba esperando algo así para liberarme de él.
También sabía que delante de sus amigos me negaba como su novia.
Sentí morirme durante un tiempo.
La chica era bonita ¿Y qué? Yo también lo soy.
Sin embargo, sé que ella tampoco hacía nada de su vida, al igual que él.
A lo mejor se merecen.
Yo lo amé y estoy segura que si ella era como él, su amor era muy poca cosa.
Sabía que con el tiempo Diego se iba a arrepentir.
Esperaba que no me pueda olvidar.
Me entregué toda, en cuerpo y alma.
Nadie lo va a amar como yo lo amé.
Pero tengo dignidad y hasta acá llegué.
Tampoco es que él haya salido corriendo detrás mío.
No lo hizo y aunque me dolió, pero también me ayudó para saber que nuestra relación tocó fondo, que ya no existía.
Terminé de cursar ese año, él no me buscó, al menos en un principió.
Luego lo comencé a ver cuando regresaba de la facultad, parecía estar arrepentido, yo sentía que me había liberado de él, aunque mi corazón seguía herido.
Quiso recomponer lo nuestro y yo no lo iba a perdonar jamás, no tenía sentido ni siquiera intentarlo.
Me acosaba, me molestaba y hasta me amenazó algunas veces para que vuelva con él.
Nunca supe si de verdad había sido padre, tampoco me interesaba, pero sí sabía que no lo quería ver nunca más.
A eso se le sumaban las ganas que tenía yo de ser independiente.
Por lo que decidimos, con mi amiga y otra chica de la facultad, alquilar un departamento en el centro de la ciudad, cerca de la facultad y a una hora y media casi dos, de nuestras casas.
Aunque para eso teníamos que trabajar, por otro lado, evitamos viajar varias horas por día.
Los fines de semana, algunos, íbamos a la casa de nuestros padres.
Yo estaba bien hasta que lo veía, por lo que trataba de no salir cuando estaba en la casa de mis padres.
Era más indignación lo que sentía que otra cosa.
-Valeria Ocampo.
Me sacan de mis pensamientos.
Necesitaba ese trabajo.
Entré ansiosa a la oficina de personal.
-Buenos días.
-Siéntate por favor, Valeria.
Así lo hice.
La miré expectante.
-Veo que te falta medio año para que te recibas de licenciada en administración de empresas y que dominás dos idiomas.
-Sí señora, hablo y escribo inglés e italiano y me defiendo un poco con francés.
-¿Estarías dispuesta a aprender chino?
-Sí, tengo facilidad para aprender y me encantan los idiomas, solo que en este momento no cuento con los medios económicos ni con el tiempo para hacerlo.
Me sonríe y cambia de tema.
-Se termina tu contrato en 3 días, sin embargo, dado tu compromiso laboral, te ofrezco un puesto fijo.
Sonreí.
-Aunque no es tan fácil.
-Dígame.
Se me fueron las ilusiones por el retrete.
-El señor Alejandro Zalco necesita una asistente personal en forma inmediata, es decir, una secretaria, asistente o como quieras decirle, el tema es que tendrías que estar dispuesta a viajar con él y estudiar chino, la empresa te abona el curso, puede ser los días sábados y no sé como harías con las materias que cursás, cuando tengas que viajar.
-Si se complica con alguna materia, puedo terminar de cursar en febrero.
La mujer me sonríe, es agradable, pese a su fama de bruja.
Edith no podía entender por qué su marido, su gran amor, se había suicidado, ella nunca creyó que él podría tomar semejante decisión. Se encontró sola, teniendo que hacer frente a gastos que no tenía cómo cubrir y no quería despojar a su hijo de la casa en donde había crecido, venderla no era una opción. Cuando una amiga le propuso bailar en el club de strippers de más categoría de la ciudad, luego de dudarlo, aceptó, saldría al escenario camuflada y nadie sabría quién era ella. Lejos quedó la dama de alta sociedad que un día había sido, aunque su belleza y elegancia resaltaba entre miles de mujeres. Ella sólo quería que su hijo ingrese a la facultad y tenga una vida digna. Todo se complicó, cuando el jefe de su hijo, uno de los hombres más importantes de la ciudad, descubrió su verdadera identidad.
El amor entre ellos surgió como por arte de magia, ambos eran médicos y la mejor amiga de la bella doctora era cuñada de Ramiro, ellos estaban compartiendo sus vacaciones. Era tan profundo lo que ellos sentían, que pensaban que al volver a su país, estaban en una pequeña ciudad cerca de la frontera, pronto se casarían y estarían unidos para siempre. De pronto el mundo cambió, tuvo lugar la pandemia del COVID, se cerraron las fronteras y ambos quedaron atrapados en el país vecino, decidieron colaborar en la clínica de la pequeña ciudad. Rocío terminó por contagiarse de ese cruel virus, que arrasó con media ciudad. La tuvieron que intubar, y aunque Ramiro quería quedarse a su lado todo el tiempo, los casos se multiplicaban y tenía que atenderlos. Una enfermera, que siempre estuvo celosa de la bella médica, dejó de suministrarle los medicamentos, en lugar de empeorar, Rocío recuperaba de a ratos la conciencia, en un momento Rocío tuvo una pequeña arritmia, un pequeño preinfarto, Charo, la enfermera, se apresuró a desconectarla, diciendo que había fallecido, amenazando a los médicos residentes, inventando que tenía un romance con Ramiro, que era el médico más importante, logró que metieran el cuerpo de Rocío en una bolso mortuoria, sin avisarle a él. Rocío logró recuperarse y con ayuda del destino, pudo salir de la bolsa mortuoria y de la ambulancia llena de cadáveres. Luego de esconderse en la que fuera la casa de sus padres, volvió a Argentina, el médico de la clínica en donde ella trabajaba, la acogió, protegió y le propuso matrimonio, ya que siempre estuvo enamorada de ella. Por agradecimiento, aceptó la propuesta, ya que sólo confiaba en él, un año después su esposo, fallece de cáncer, dejándole como herencia sus clínicas y una cuantiosa fortuna.
Tenía 6 años cuando en la puerta de mi casa apareció una mujer con una niña de mi edad, diciendo que esa pequeña también era hija de mi padre. Recuerdo a mi madre llorar y subirnos a su auto, luego de viajar un rato, el auto comenzó a hacer trompos y volcamos, mi mamá falleció en ese accidente, aún siento las lágrimas de mi papá al rescatarme de entre los fierros retorcidos. Esa mujer se instaló en mi casa, haciendo de mi vida un infierno inimaginable, luego de unos años, ellos se casaron y Rosie, mi media hermana, pasó a llevar mi mismo apellido, si su madre me torturaba ella fue la alumna que superó a la maestra. Intentó ahogarme cuando tenía 15 años, y a mis 19, organizó un plan para que me violaran. Mi padre falleció de una enfermedad terminal, casi en la ruina. Yo me quedé sola, sintiéndome culpable de su muerte, prácticamente en la calle, con un ser en mis entrañas y sin saber quién era su padre, pero… mi progenitor siempre estuvo mil pasos adelante, nada es lo que parece y cada cuál tiene su merecido.
Cuando Gonzalo, un importante ceo, tan atractivo como egoísta, abandona a Elizabeth, su bella, sensual y fina esposa, sin importarle que ella tenga un embarazo de 8 meses y que su hijo de 5 años, vaya a sufrir por su ausencia, no se imagina jamás lo caro que le va a costar su capricho, porque sí, él se había encaprichado con una mujer que se cruzó en su camino en el momento en que Elizabeth tenía que hacer reposo absoluto por su embarazo. No tarda en darse cuenta de su equivocación, pero su orgullo, sumado a su estupidez, le impiden acercarse a su familia y pedir perdón, más tarde todo se vuelve en su contra y tiene la sensación que nunca va a remendar el desastre que provocó con sus acciones.
Todo se complica cuando la competencia de dos mujeres va más allá de lo estipulado y pasan ciertos límites cruzando las fronteras permitidas, sin embargo ellas no son las únicas que compiten, también lo hacen los dos primos, que terminan exponiendo situaciones y exponiendolas a ellas, quienes son señaladas por la sociedad, sin embargo, ellos pretenden luchar hasta las últimas consecuencias para lograr limpiar el nombre de las dos bellas muchachas, no obstante, los celos y la venganza, separan a las dos parejas que finalmente se formaron.
Me enamoré profundamente de Agustín, sin embargo él ponía una distancia enorme entre nosotros, su excusa era que soy menor de edad y que me lleva 12 años, pero yo no bajé los brazos, lo iba a conquistar a cualquier precio. Sabía que me deseaba, eso lo veía en sus ojos, por lo que decidí acorralarlo cada vez que tuve la oportunidad. Cuando cumplí 18 años, todo cambió, tuve su amor incondicional, sin embargo nunca pensé que tendría que ser yo, la que con mucho dolor, lo abandonaría. * En Argentina se llama pendeja/jo a Mujer/hombre muy joven o adolescente, puede ser despectiva o cariñosamente. *La historia de Any comienza en Mi primer amor, Ivana y Willy.
Rhonda era una chica que amaba demaisado. Después de que su novio de varios años perdiera su trabajo, ella no dudó en apoyarlo económicamente. Incluso lo mimó, para que no se sintiera deprimido. ¿Y qué hizo él para devolverle el favor? ¡Engañó a Rhonda con su mejor amiga! Ella estaba tan devastada. Para hacer que su ex infiel pague, aprovechó la oportunidad para casarse con un hombre que nunca ha conocido. Eliam, su esposo, era un hombre tradicional. Él le dijo que él sería responsable de todas las facturas de la casa y que ella no tendría que preocuparse por nada. Rhonda se rio de él y concluyó que era uno de esos hombres a los que les gusta presumir de su habilidad. Pensó que su vida de casada sería un infierno. Al contrario, Eliam resultó ser un esposo cariñoso, comprensivo y hasta un poco pegajoso. Él la animó a ascender en la escala profesional. Además, la ayudaba con las tareas del hogar y le daba carta blanca para decorar su hogar. No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a apoyarse mutuamente como un verdadero equipo. Eliam sabía cómo resolver los problemas de la vida. Nunca dejaba de acudir en ayuda de Rhonda cada vez que ella estaba en un aprieto. A primera vista, parecía un hombre común, por lo que Rhonda no pudo evitar preguntarle cómo podía poseer tantos conocimientos acerca de diferentes áreas. Pero Eliam siempre ha logrado esquivar esta pregunta. En un abrir y cerrar de ojos, Rhonda alcanzó la cima de su carrera gracias a la ayuda de su esposo. La vida les iba bien hasta que un día, Rhonda encontró una revista de negocios global. ¡El hombre de la portada se parecía exactamente a su marido! ¡Qué significaba eso! ¿Eran gemelos? ¿O le estaba ocultando un gran secreto todo este tiempo?
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Hace cinco años, la familia Powell quebró. Madeline Powell dio a luz a gemelos; dejó uno con el padre del niño y se llevó al otro. Años espués, Madeline regresó como líder de Internet de opinión. Sin embargo, alguien se enteró de su regreso. El hombre la pellizcó por la barbilla y se burló fríamente: "Has publicado muchos videos en Internet, ¿qué tal filmamos algo picante juntos?". Los ojos de Madeline se abrieron y su garganta se secó. Al día siguiente, vio a un niño pequeño que se parecía exactamente a su hijo en la casa del hombre. Madeline no pudo evitar besar la mejilla regordeta del pequeñito. Sorprendentemente, el niño no estaba contento. Puso una cara solemne y preguntó: "¿Qué estás haciendo?". Madeline estaba furiosa. ¿Cómo pudo ese hombre haber hecho que su hijo fuera tan desagradable como él?
El amor es ciego. Lucinda renunció a su acomodada vida por un hombre. Se casó con él y se ocupó de todo durante tres largos años. Un día se le cayeron las escamas de los ojos. Se dio cuenta de que todos sus esfuerzos habían sido en vano. Su marido, Nathaniel, siempre la trataba como a una mierda, porque su amor ya pertenecía a otra mujer. Se dijo a sí misma: "¡Ya basta! He terminado de malgastar mi tiempo con un hombre desagradecido". El corazón de Lucinda se rompió en pedazos, pero de todos modos, reunió el valor para pedir el divorcio. La noticia causó un gran revuelo en Internet. ¿Una joven rica que acababa de divorciarse de su marido? ¡La mujer soñada! Innumerables directores ejecutivos y jóvenes apuestos acudieron a ella como abejas a la miel. Nathaniel no aguantó más. Dio una rueda de prensa y suplicó con los ojos llorosos: "Te quiero, Lucinda. No puedo vivir sin ti. Por favor, vuelve a mí". ¿Le dará Lucinda una segunda oportunidad? Siga leyendo para descubrirlo.
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Ailan Caroline Miller rica heredera se prometió que ningún hombre la querría por su dinero, se trasladó a trabajar como jefa de diseño a las empresas de su familia en Londres, vivía como una chica normal. Conoció a Walter Patel, y dos meses después, y se casó con él. Casi desde el primer momento se arrepintió de su matrimonio, vivían con su suegra, que la trataba fatal. Para colmo, su mellizo, Roy William trasladó la sede central del grupo Miller, a Londres, para estar cerca de ella. Todos estalló el día que, sorprendido a su marido en una fiesta con dos mujeres, le pidió el divorcio, y se fue, en un hotel, donde acabo con todas las botellas del bar de su habitación, y pidió un hombre para esa noche, en su borrachera, salió a buscar a su acompañante, y se equivocó de habitación, pasando a la noche con un desconocido, que resultó ser Finlay Alacintye, el multimillonario presidente de M.F.P. Global multinacional, que la confundió con un regalo de un amigo, a la mañana siguiente ella huyó dejando su tarjeta de identidad, la de su verdadera identidad. Así que tomo una decisión, sólo había una única compensación posible para él. Ella era suya, y para siempre.