latentes dentro de mi cabeza y mi pecho. ¿Por qué esa mujer me dijo esas palabras? ¿De dónde sacó ella mi nombre? S
co la velocidad del auto. La carretera no era tan inestable como antes, pero sí habí
a anciana me produjeron escalofríos por todo el cuerpo. No me atreví a mirar hacia atrás por
uando se es de noche y son muy pocos los autos que transitan
era muy grande. Las estrellas brillaban con la misma fuerza, pero por alguna extraña razón no podía
estrellas con mis padres y mis hermanos, mientras contamos historias o cantamos alrededor de la hoguera donde mamá su
star en medio de la nada, me dije a mí misma que solo se trataba de la sugestión. Algo que se encontraba en m
os. Lo escuché claramente; como susurrándome al oído y causándome un ligero escalofrío por l
ontraba siendo dueño de todo mi ser. Los ronroneos suaves los seguía escuchando en
se escuchaba mi respiración y el rugido del motor. Expectante y con las pulsaciones a mil; un furioso a
uria. Lo escuché retumbar en mi cabeza, como si el lobo estuviera a tan solo centíme
horripilantes que alguna vez haya podido imaginar que existieran. Por la misma oscuridad no pude descifrar el tipo de animal que apareció en el espejo. Aquel rojo intenso me dejó petrificada, causando un
s que el rastro del auto. Es como si los ojos hubiesen aparecido solo en el espejo y n
con mucha fuerza y me golpeara con el vidrio frontal que explotó en mi cara. Las pequeñas esquirlas del
n aquellos ojos rojos brillantes mirándome fijamente, mientras el animal abría la boca y dejaba a la vista sus puntiagudos colmi