larma no había sonado, o quizás sí lo había hecho, pero no recordaba si l
s padres le exigieron y eso la incentivaba a continuar y no desfallecer. Pero desde que fallecieron, ella tuvo q
ño en la escuela, no podía dejarle a su familia todo el trabajo pesado. Su hermano mayor, Liam, ayudaba en el restaurante, p
quería estudiar, más no acabar su juventud en un restaurante como ella lo estaba haciendo. Aunque hacia t
ve. Se puso lo primero que encontró en el vestier y salió atando su cabello en una cola desordenada. Poco le importaba si le com
rápido y furioso. Solía discutir con aquellos conductores que iban a toda velocidad sin importar el bienestar
ner en mente nada más que llegar a tiempo. Sí llegaba tan solo un segundo después que el profesor Lewis, sa
sor llegara al aula. Tomó lugar en su silla y descansó sus pies así como calmó su respiración, antes de sa
tral de noticias, entrevistando a personas famosas o dando una simple nota informativa. Al
enzando desde el más fácil hasta llegar al más avanzado. Pero estaba muy dispuesta a aprender. E
amiga llamarla y detuvo su
S
de hambre y tu abuela cocin
a raro que la ciudad se estuviera plagando de militares, ¿o acaso solo eran ideas suyas? Pero es que en todos lad
ro que haya tanto
an militarizado algunas zonas por si l
nía ni la
co más informada, sie
e momento varios soldados cruzaron la calle, por lo que el conductor
Carla, soltando un suspiro de anhelo-. Miralos nada más, con esos uniformes ajustados a sus fornidos cuerpos. ¿No
a militar por las calles, incluso había tenido un encuentro con un militar el fin de semana, per
iendo opinar, le dio un
guapo -admiti
la presencia de ellos, quizás era por las armas que rodeaban sus torsos y
arnos un taco d
da en sus labios. Mirar a hombres
y rieron cuando pasaron por el parque y Carla se quedó emb
s chicas, sobre todo Carla, decían de aque
no caerse cuando bajara del autobús, se estrelló fuertemente con otro cu
la cabeza para mirar al hombre qu
militar, era tan alto, fuerte y atractiv
ad mientras observaba a la misma mujer del fin de semana, aquella irresponsable que no le prestó la atención adecuada a su p