esa ciudad, desde que dejó esa vida. Se había marchado con el corazón encogido y una vida nueva creciendo en su interior, sin saber si alguna vez
sma, sino también al niño que llevaba. Al hijo que había decidido criar por su cuenta, lejos de las miradas
e, con un currículum impecable y una propuesta de gerencia en una de las empresas más grandes de la ciudad: *Velasco Enterprises*. Lo que ella no sabía, lo que n
mesa de bienvenida. Una recepcionista jo
. ¿En qué pu
me. Su entrevista formal había sido la semana anterior, pero hoy era el día en que se reuniría con el
sus manos temblaban. Recordaba ese mismo trayecto años atrás, solo que entonces era una simple secretaria, y las miradas la trata
Sus pasos resonaron en el suelo de mármol hasta que llegó a la oficina indicada. La puerta estab
l equipo de gerencia? -preguntó, al no e
y en un instante, todo a su
Cinco años no habían cambiado su mirada ni la intensidad en sus ojos. Lo que sí era diferente era el leve toque de sorpresa q
ó, su voz baja y ca
uscando una salida a esa situación que jamás había anticipado. No se había preparado par
a-. Es un placer verle de nuevo. No sabía que usted... -Se inter
a vez le había robado el aliento. Ahora, solo l
ía el puesto de gerencia. Hubiera querido da
intentó mantener la compostura, convencida de que él no debía enterarse de nada. Era un capítulo cerrado
-dijo ella, esforzándose por mantenerse en terreno seguro-. He tenido la suerte
a descifrar algo en su rostro. Finalmente,
con documentos aguardaba-. Supongo que querrás conocer las expectativas
presa, su voz adoptando un tono profesional que ella trató de seguir con atención. Sin embargo, había algo en su mirada que la hacía sent
ilo de su explicación-. Eres diferente. Me im
ando no dejar ver el nerviosism
ó con cautela-. Me preparé, trabajé y aprendí
ez su tono era bajo, como si hubiera dejado
ue la mejor respuesta era
una gran oportunidad -dijo, manteniendo la mirada firme
esta sin cuestionarla. Pero ambos sabían que el silencio de aquella oficina no era natur
ó a ponerse en pie y ext
mienzo para ambos -dijo, y aunque sus palabras er
os se encontraron, y ella creyó ver una chispa de algo en su mirada. Algo que le hizo recordar la conexión que, a
retroceder. Aquel secreto que guardaba era suyo, solo suyo, y aunque Adrián estaba más cerca de lo que había imaginado, ella sabía qu
alidad, de rutina, pero en su interior sabía que nada de eso era real. En algún momento, Adrián volvería a preguntarse por qué había regresado ella. Y cuando lo hiciera, cuan
sobre sus hombros. Como si fuera solo otra profesional más, sin la sombra