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Historia

Capítulo 2 2: El Día Antes del Adiós

Palabras:1115    |    Actualizado en: 03/11/2024

ro cada tarea parecía un desafío imposible. Sus manos temblaban mientras alimentaba a los animales, y sentía el latido de su corazón en la ga

gallinas, algunas plumas revolotearon al viento, y Kaira se quedó mirándolas, perdida en sus pensamientos. Todo a su

e como un eco, y el peso de la responsabilidad era casi aplastante. ¿Cómo iba a dejar todo lo que conocía? ¿Cómo podría vivir sabiendo que

ido jugando en esos campos, persiguiendo mariposas y recogiendo flores silvestres con su madre. Pero todo eso ahora se sentía como un sueño lejano,

nea de su rostro. Los cuchillos y utensilios de cocina parecían tan pesados como su propio corazón. Alonso entró en la habitación y se detu

rcándose a ella–. ¿Estás segu

lágrimas. Sus labios temblaron, y su voz ap

–preguntó, su voz quebrada–. ¿Cómo

ranquila. Las manos de Vanesa eran frías y frágiles, c

ce un futuro, uno mejor del que podemos darle aquí. Si eso significa que

to, el sonido de un motor llegó desde el camino. Ambos se tensaron, y el aire de la coc

desconocido resonó en sus oídos, y todo su cuerpo se tensó. Alonso se movió rápidamente hacia la ventana, apartand

temblorosa. Sentía como si el miedo

r el camino de tierra. La figura al volante estaba oculta por el ref

l –dijo en un susurro–. Solo están haciendo

rlo en la piel. Sus piernas estaban rígidas, y un sudor frío le empapaba la nuca. Miró a su m

hombro? La idea de perder a sus padres le provocaba una angustia indescriptible. No estaba preparada para dejar atrás todo lo que amaba, pe

razón se detenía. Alonso apretó los dientes, buscando algo con qué defenderse. Vanesa se acercó a Ka

sa al oído–. Tienes que ser fuerte, ¿me

rimas se deslizaran por sus mejillas. El abraz

ostró signos de hostilidad. Se movía con la calma de alguien que sabe que tiene el control. Se dirigió a la puer

, con la voz firme, aunque s

s de sol y sonrió, una sonr

–dijo–. Tengo un

o lo suficiente para escuchar. La tensión en el

guntó, intentando contro

nclinó la cabe

aba. Quiere lo que pidió.

taba hecha, y el tiempo realmente se estaba acabando. El mensajero

el momento de la verdad se acercaba. La incertidumbre y el terror la envolv

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