io, sus rostros no mostraban ninguna expresión, pero por el olor a cigarrillo que emanaba el auto y
me temer lo peor ¿acaso estaba cometien
ba participar en sus plane
mano hacia ellos -
radores, su piel color marrón y una mirada penetrante me hacía temblar. No se tomaron el tiempo de hablar,
l sofá por unos minutos maldiciéndome por lo boba que fui en el trabajo, era lo único que me qu
o podía
larga lista de deudas que tengo por delante y un despido
an alejado en su auto, sigilosamente. Eso significaba que sí, su mis
strés de mi cuerpo, necesitaba relajarme y olvidar por completo este día. Sé que mi jefe me dijo que me
tos en internet del carro que quiero" adjunto, Matías añadía
upación le contesté "lo tendrá
cama -en efecto, neces
delicioso aroma a chicle que despide el cuarto de baño. Desde pequeña había sido amante a
s, cerré los ojos y remplacé la suavidad de mis dedos por unas manos fuertes y callosas que suben por mis caderas, rozando mi abdomen en la búsqueda de mis
buena temperatura y luego, acerco el chorro de agua tibia a mi cuerpo deshaciéndome de todos los malos pensamientos y permitiéndome por primera vez, pensar en él. En aquella noche cuando después de unas copas subí a mi habitación
empañar el vidrio. Con la ducha aun en mano, giro el anillo para cambiar la intensidad del agua
o. Masajeando levemente principalmente esa área, tensa de tanto trabajo. Después, con poca discreción apunto el ch
eróticas que crecen en mi interior. Atormentándome una y otra vez, seguidamente, aplasto mis pechos co
acer en la zona. Fantaseando con aquel encuentro donde por un momento olvidé quie