nvencer de que había lugares turísticos mucho más atractivos que el pueblo 'Fog', un asentamiento tranquilo alejado de los disturbios y problemas de una gran ciudad y aun
n curiosidad por ver con mis propios ojos que es lo que pasaba en ese lugar durante las noches fu
lan al compás del viento, estábamos en pleno verano así que este lugar alejado de la ciudad era todo un par
os recuerdo, mi tía me adoptó, se hicieron cargo de mí ella y su esposo, aunque estoy eternamente agradecida que no me dejar
no les importaba mucho donde estaba o lo que hacía, no me prestaban atenció
nco, depositar gran parte del dinero e irme de casa de mis tíos, siempre tuve tantas ganas de conocer el mundo, recorrer muchos lugares hasta encontrar un sitio en dond
os en el cristal del taxi observando el exterior, era un lugar
rinco, el hombre abrió la cajuela para que tomara mi maleta de rueditas y mochila, eran todo lo
Agradecí al hombre
enida a
iudad durante el día, pero no salgas
lar
ver que era lo que pasaba, por qué razón era tan peligroso salir de noche, no
para entrar al lugar, me tomó solo unos minutos registrarme en recepci
al final, frente a ella una TV en una vieja cómoda, al lado de ella una puerta que es un pequeño baño con ducha por separado, del lado izquierdo
terminé me fui a dar una ducha, para mi mala suerte el lugar no contaba con agua caliente, era raro el hotel que sí, era una
nta, por suerte tenía provisiones en mi mochila por ese día..
me fui a la cama y encendí la televisión para ver una p
ecía del todo irreal; por un pequeño orificio que tenía la cortina podía ver parte de la luna, pensando en la posibilidad de que existan cosas maravillosas, má
. me senté en el viejo colchón cuya base de madera crujió ante mi peso; estaba a punto de de
as venían del exterior, me di cuenta de que ya muy al frent
noche, quizás eran solo supersticiones, alguien tuvo la mala suerte que le suced
que la brisa nocturna se colara por la ventana para refrescar la habitación, lo que también llamó mi atención fue darme cuenta de que todo parecía estar en o
la ventana cuando casi se me sale el corazón del susto; un hombre parado al frente de mi edificio
er ligeramente con la luz de la luna, era sin duda el hombre más grande que habí
imulo alguno, era suficiente razón para temerle; como si hubiera visto a un fantasma metí la cabeza
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repente, cuando abrí ligeramente los ojos miré un par de puntos r
iento nocturno que se colaba por la ventana, extrañamente está demasiado frío considerando la temporada en