Perfecto
autivando
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restaurantes más lujosos y caros de la ciudad, me he sentido muy ansiosa. Muy en el fondo creo saber lo que me va a proponer, pero no tengo que hacerme mucha ilusión sobre eso. Nada me h
n la manera de proponerme e incluso e
ntes. Ya estás haciéndote ideas que no son -me dije, sa
de semana... y que su cena sea lo esperado -sonrió amable, te
hacia el elevador, viendo la hora
ón de belleza que queda muy cerca de la editorial. Durante el camino
ctora de textos y de estilo, me dio la gran oportunidad de poder postularme en uno de los puestos que la gran mayoría de personal espera adquirir. Estaba nerviosa ese día, como si recién
ibros me hacían creer que el amor a primera vista, por accidente o por una segunda oportunidad de la vida, era algo irreal y que estos amores solo estaban plasmados al
arruinado por un desfile de comida y vino caro cubriendo todo mi cuerpo, en el momento de haberme estrellado con
salvarme del tremendo golpe que me esperaba con ansia el suelo. Sus fuertes brazos sostuvieron mi cuerpo firme, cerca del suyo, rozándonos, hasta respiramos del mismo aire. Era como una novela cliché en donde todo era rosas, un
urante se volvió testigo de como nació, creció y se fortaleció nuestro a
aquel día. Solo puedo agradecer a Cupido y a todos lo
llorar, Sara
terior, le envié un mensaje de texto, pero con el pasar de los minutos, su respuesta me hizo doler el corazón sin motivo y sin razón. No vivimos juntos, pero la ausencia por vario
a. No seas impaciente, dentro
a hacerme daño. Confío en él ciegamente. Sé cuan grande es su amor por mí. Entre el debate in
y tenerte entre mis brazos y cometer a besos. Termina de ponerte aún más bella para mí, que de
s palabras? Su profundo amor se ha sembrado en lo más recondito de mi
Harris... pero aun falta
Así me veo p
is -se marchó hacia una puerta
Con mucho cuidado y con una sonrisa amable en los labios, deslizó la cremalle
stido -mi corazón se aceleró a punto de
la privacidad y por el mero hecho de no arruinar el hermoso maquillaje, me tragué cada una de las lágrimas que pretendí
una de mis curvas como si fuera una capa de piel más. No soy de usar vestidos tan elegantes y hermosos como este, pero debo admitir que el vestido me quedó m
ncero que haya existido en cada uno de los tiempos. Y si él no me propone matrimonio esta noche en nuestra cena, sin pensarlo dos veces, yo misma